Con la creación de esta sección deportiva, y con este artículo de opinión, arrancamos una serie de escritos donde trataremos temas de actualidad, y todo aquello que nos genera interés con una visión sin complejos y sin ellos en la lengua.
Arrancamos con una polémica que se extiende en el tiempo y que en esta ventana FIFA donde se han celebrado la última jornada de la fase de clasificación de la Nations League y una serie de amistosos por todo el mundo y brotan comentarios en contra de estos partidos y sus consecuencias.
En nuestra Liga, el caso del FC Barcelona es notorio ya que se ha quedado sin Jules Kounde para aproximadamente un mes por jugar partidos con su selección, al igual que Modric en el Real Madrid.
Alaba, Depay, y el caso del jugador de Países Bajos de Atalanta Teun Koopmeiners, se suman también a este virus FIFA al lesionarse jugando con sus respectivas selecciones.
Llegado este momento surgen preguntas y críticas de difícil solución con debate abierto: ¿deberían las federaciones pagar las fichas de los jugadores de los diferentes clubes cuando acuden a la selección? ¿Tiene que ser obligatorio por Ley acudir a las selecciones? ¿Deberían los jugadores cuidarse de jugar amistosos con sus respectivos países respetando así a los contratos estratosféricos que tienen y que les abonan los clubes?
De imposible solución, los jugadores quieren jugar todo y todo con sus selecciones por prestigio y ego personal demostrando, salvo extraños casos puntuales, que los clubes les importan bien poco, los seleccionadores tienen poco margen de maniobra para preparar Euros y Mundiales y no quieren ni pueden prescindir de cada minuto de sus estrellas para tratar de formar un bloque competitivo y los clubes tienen la obligación de cederlos sin remuneración.
Y aún un paso más: la prensa. Se escandaliza cuando le afecta a jugadores importantes de equipos grandes (Madrid y Barça). Si caen lesionados algún jugador del resto de equipos, no levantan la voz, ni crean debates y tertulias infinitas porque claro, el resto de la Liga no les da de comer. O sí,… pero ellos no lo demuestran.
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