Estos días atrás se ha venido comentando mucho la historia del reparto económico que van a tener los equipos participantes en la Supercopa de España en Arabia.
En la cual tanto el Real Madrid como el fútbol club Barcelona recibirán 2,8 millones de euros, el siguiente será el Valencia, club de fútbol que obtendrá 1,7 millones de euros y por último el REAL BETIS BALOMPIÉ actual campeón de España, solo recibirá 750.000 € por la participación en la Supercopa de España.
Sin contar la asignación para el promotor de dicha composición, que en este caso es la empresa de Gerard Piqué actual jugador del fútbol club Barcelona, KOSMOS que en este caso recibirá 4 millones de euros. También hay que tener en cuenta la asignación de 20 millones de euros destinada al fútbol amateur gestionado por la Real Federación Española de fútbol.
Bajo esta premisa es comprensible llegar a la conclusión que el reparto es cuanto menos injusto, sobre todo para equipos que en el último año han levantado algún título. Cómo puede ser en este caso del Real Betis, Balompié que en comparación con el FC Barcelona y el Valencia CF, que no han levantado ningún título en la temporada 21/22, que su dotación económica que reciben sea superior a la del equipo sevillano.
Sobre el papel y utilizando el sentido común podemos estar de acuerdo que gracias a dos potencias como el fútbol club Barcelona y el Real Madrid se ha conseguido dicha dotación económica aportada por el gobierno árabe.
Pero esto no es más que una de las primeras piedras en el camino que se les pone a equipos como el Real Betis Balompié, con una masa social muy por encima de la media de los equipos españoles. Hace que la meritocracia no se vea recompensada y no solo hablamos de equipos como el verdiblanco, sino que también le ocurre a equipos como el Sevilla fútbol Club, la Real Sociedad o Atlethic Club de Bilbao por poner unos simples ejemplos.
Sin embargo, hay que destacar también que esta situación viene precedida por la connivencia de todos los clubes españoles y sus dirigentes, que no son capaces de poner pies en pared para poder así luchar y exigir un reparto justo en esta competición. Esto deja a las claras que el resto de clubes españoles sufre una infravaloración constante, ya que ha quedado demostrado que la industria de fútbol, incluso obviando al FC Barcelona o Real Madrid, está más viva que nunca.
En definitiva, por mucho potencial que tengas, “si no vienes de Barna o Chamartín, el ciclo de la vida llega su fin”. La primera piedra de la Superliga ya se puso hace muchos años.
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