Estoy enfadada, mucho, indignada, harta y sobrepasada, porque cuando quieres decir algo pero hay algo más grande que tú, que te lo impide, te sientes frustrada.
Cansada de gente vacía de sentimientos y de corazón, de gente que se nombran a sí mismos amigos y desaparecen de un día para otro. Estoy agotada de luchar contra cualquiera que por narices tiene que formar parte de tu vida.
Estoy saturada de mentiras, verdades a medias, supuestos, obviar lo evidente y seguir callando para no hacer daño.
Me encantaría hacer daño, de vez en cuando, y responder con la misma moneda, dejar de poner la otra mejilla que ya la tengo amoratada e hinchada de soportar guantazos que no merezco.
Pero sé que llegará el día en el que aquellos que ponen en duda mi palabra y desconfían de mi verdad, terminarán en el sitio que merecen, porque el karma existe, aunque el mío viene de rodillas…
Deja una respuesta