El cantante, compositor y ex vocalista de la antigua banda El Canto Del Loco comentaba el pasado 9 de diciembre por sus redes sociales que necesitaba descansar por un tiempo. No existe de momento fecha de vuelta. Pero esto es algo recurrente, los artistas necesitan parar y ordenar los próximos proyectos por unos meses o años, según deseen o necesiten, al finalizar un trabajo.
Dani Martín comenzó su trayectoria musical en 1994 cuando comenzó el grupo, y continuó en solitario en 2010.
En todo este tiempo, nunca ha tenido problema en mostrarse transparente en su vida personal a nivel emocional. Cuando El Canto se separó, para España fue un momento de vital importancia, sus canciones dejaron himnos imborrables, y que no pueden faltar en el repertorio de canciones míticas españolas de los 2000. Fue una noticia muy dura de recibir, pero él nunca mostró ningún problema en explicar los motivos de dicha separación.
Si en algo ha destacado siempre es en su naturalidad. Mostrando en entrevistas, en canciones o redes sociales cuáles son los complejos que pueden atormentarle, cómo lidia con ellos, qué es lo que le gusta y que no, como se ve físicamente y cómo está su salud mental.
Como él mismo dice en su último disco, hace lo que le da la gana, sus composiciones siempre se han basado en sus experiencias y sobre lo que le ha apetecido.
El madrileño nunca se ha mostrado pudoroso en decir que lleva visitando psicólogos toda la vida, desmontando cualquier estigma social que exista con ello, incluso explicando su experiencia frente algún ataque de pánico y todo lo que cuesta desprenderse del eterno personaje que se cuela en uno mismo, y más cuando has vivido de él durante tantos años.
Y todo este proceso no es lineal. Precisamente de ello ha hecho mención en este post que ha lanzado por redes junto a un vídeo resumen de su último concierto, que ha creado tanto revuelo, de la gira en La Riviera.
“Soy una persona con tendencia a engordar, con ansiedad, con dificultad para concentrarme y ser capaz de aprender a tocar un instrumento musical de manera que yo considere correcta. He aprendido a cantar y no hacerme daño en la garganta en estos últimos tiempos, me tengo que aprender las cosas de memoria, tengo buen oído, me sé todo sobre el pop/rock español, no sé producir un patrón de batería para una canción.
Tuve una banda de éxito. He escrito un montón de canciones que forman parte de la vida de algunas personas. Luego, me separé de mi banda y todo se ha ido convirtiendo en algo muy, muy bonito.
Este año la gente decidió comprar entradas para 5 WiZink Center en menos de dos meses; tanto la compra, como la ejecución de los mismos.
A veces estoy delgado y otras hinchado. Emocionalmente no soy una persona muy equilibrada, sufro mucho. Disfruto mucho en el escenario, ahora sin beber alcohol mucho más.
No soy un gran cantante, tampoco sé si lo hago bien y la verdad que hay algo que me sorprende: que 22 años después siga pasando todo esto con el síndrome del impostor tan grande que tengo; la verdad, me asombra.
Jamás pensé que pasara nada de lo que ha sucedido en esta gira: no me imaginaba un staff así, un sonido así, una banda así, un público así y una vida así como la que tengo.
Gracias por todo.
Acabar en La Riviera era necesario para mí, antes de volver a la realidad de ser Daniel, el que habita en su sofá, el que bebe vino, el que juega al fútbol mal, pero le pone el corazón. Tocar tierra.
Nos vemos en unos años, sed felices.
No voy a seguir modas ni a modificar mi sonido para llegar a los Grammy. Prefiero conseguir los Grammy haciendo el reggaeton que hace Jorge Drexler y haciendo los duetos que hace él en sus discos, y seguir ese tipo de caminos orgánicos y sinceros.
Pienso seguir siendo quien soy, sólo voy a mejorar como persona.
Hasta luego, hasta siempre, hasta cuando surja de verdad.
Gracias. Blackout.”
Tras tantas noticias que anunciaban su retiro, se ha visto obligado a subir un video explicando que toda esa información no es real. Se podría malinterpretar el texto y creer que abandona la música, pero quien quiera hacerlo. Porque sus seguidores, conociéndole, sabe que son conscientes de lo que estaba intentando transmitir al escribir esas palabras.
En definitiva, que sí, nos queda Dani Martín pa’ rato… ¡Y qué suerte!
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