Así sin más, sin euforias contenidas, sin medias palabras, dejen paso al Sevilla FC.
Lo vivido anoche solo se puede explicar si has vivido un partido de verdad en Nervión, en el Ramón Sánchez Pizjuan. Si no, lo siento, no puedes entenderlo…
Nos visitaba uno de los clubes más grandes de la historia, con un presupuesto que da miedo al igual que su plantilla, inmerso en una racha de victorias escalofriante, después de dejar en la cuneta a equipos de la calidad del FC Barcelona.
En la eliminatoria anterior tuvo mucha suerte, mucha, y casi no tuvo que disputar los octavos de final venciendo al equipo que tenía enfrente con una facilidad pasmosa permitiéndose dar descanso a alguno de sus estrellas en algunos minutos.
Anoche era otro cantar; cometieron dos errores se llamaba la película y el Manchester United también los cometió en el Teatro de Los Sueños: dejó vivo al hexacampeón y no lo remató cuando lo tenía con la soga al cuello, arrinconado en el cuadrilátero tambaleándose… Pero este equipo tiene la mandíbula muy dura y encaja y encaja y, o lo tiras 100 veces seguidas a la lona europea o se levanta y te asesta el gancho definitivo mientras suena el himno del Arrebato de fondo…
Con mil y una marcas en el cuerpo, tras una temporada horrorosa, la peor del siglo, el ahorcado se restablece, recoloca sus fichas en un 4-2-3-1 clásico, sin alardes pero con la seriedad del que ha visto la muerte de cerca y se pone en pie, se recompone y suelta algo así como: ahora me toca a mí…
Anoche se vivieron momentos históricos, únicos, inimaginables por la mayoría salvo por los que sabemos lo que hay en la Europa League y lo que significa dignificar una camiseta, un escudo, sin chanzas, y sin caer graciosos. Esto va solo de fútbol…
No hacía falta contraprogramar nada porque la vida es eso que pasa delante de tus ojos viendo al Sevilla FC levantar títulos y ayer fue el día del Sevilla FC, uno más a los que nos tiene tan acostumbrados pero a los que uno nunca terminará de acostumbrarse ni quiere porque así la emoción es infinita y ¡ojo!, que solo pasamos a semifinales, pero llega la hora de celebrar cada encuentro porque una vez más, perdonen la redundancia y ya van siete, estamos en semifinales de la Europa League, deseada por todos, disfrutada solo por los que podemos y menospreciada por los que jamás verán la gloria.
Y para rematar esta pseudocrónica porque solo cabía sevillismo y euforia en estas líneas, anoche Mendilíbar demostró que los alardes, los verdaderos y los falsos, las hazañas estrategas y los tics son solo eso y que se puede jugar, competir, ganar y golear haciendo fútbol de verdad, el de toda la vida, el de cada uno en su sitio, el de la solidaridad entre compañeros, el de la presión alta y ahogar al rival provocando sus errores, el de las bandas rápidas y los mediocentros contundentes,… y así sucumbió un equipazo como el Manchester United en Nervion.
El aluvión sevillista era inesperado desde el minuto uno y pronto llegó el primer gol, presión no alta, altísima, fallo de Maguire y En Nesiry anota el primero. Tres jugadores, con sangre, y con los colmillos afilados llegaron a la presión al central inglés, al capitán de la selección y forzaron el fallo. Pelota al delantero marroquí y anota el primer paso hacia las semis.
Cuando todos pensábamos, por lo vivido anteriormente, que tal vez el equipo se echaría atrás y empezaría a “jugar” con el marcador, siguió y siguió y no dejó un segundo de paz a los ingleses que se veían superados en cada choque. Así, con esta actitud, aptitud, casta, decisión y la plantilla que hay -muy mejorable- y un campo a rebosar de sevillismo somos invencibles.
Luego llegaron oportunidades fallidas, un gol en fuera de juego y pronto, el gol de Badé, inconmensurable un encuentro más. El central francés está que se sale demostrando que Monchi aún mantiene el “ojo clínico” para los fichajes. Cosa que se puede rebatir viendo a Nianzou…
Euforia, todos de blanco, sonrisas, felicidad extrema y aún no había acabado la película del ahorcado y dejado con vida, nada más y nada menos que en Old Trafford.
Tres golea a cero, 5 a 2 en toda la eliminatoria y Europa alucinando por lo vivido anoche.
Palabras del técnico del Manchester, Erik ten Hag: «Hemos sentido miedo al comienzo del partido«. Poco más que añadir. Bueno sí, que pase el siguiente…
Como diría Rodrigo de Triana, Turín a la vista!!!
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