Para mí, si hubo una gran dama en la escena, siempre fue la Velasco.Quise ser una chica de la cruz roja, una chulapa en La Pradera de San Isidro y Juana la loca, la mujer llamada a ser heredera de un imperio y encarcelada por el machismo.Y todo eso lo quise ser, tras ver a Concha.
Una verdadera monstrua en el escenario, una dama en la mesa y una señora en la calle.Eso era Concha.Vivió su vida justo como decidió vivirla, trás criarse en un entorno fascista y poco dado a valorar bien a la mujer libre y segura.Y nos enseñó que, incluso, de entre lo más profundo de un basurero, pueden crecer flores fuertes y sanas.
Su lealtad, su saber estar y su total sinceridad le trajeron momentos difíciles.Pero ella, era de platino: valiosa y brillante.Amada Concha, ¡Qué ejemplo más grande dejas!
Te escucho…»… que sea tu chica, tu chica yeyé, que sea esa chicaaaaaa yeyeeeeeeee…!!»
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