I
En un rincón oscuro y húmedo, el caracol se arrastraba lentamente. Su concha en espiral, un laberinto de misterio. Con cada paso, dejaba una estela brillante de plata. Era un enigma viviente, un testigo silencioso de los secretos ocultos en el jardín. El caracol, eterno guardián de la naturaleza.
II
En la noche lluviosa, el caracol emergió de su escondite. Su resbaladiza piel brillaba bajo la luz de la luna. Con paciencia, escaló una hoja, dejando un rastro pegajoso a su paso. Sus antenas se movían, explorando el aire fresco. El caracol, un aventurero en busca de nuevos horizontes.
III
En el jardín encantado, el caracol encontró una rosa marchita. Con delicadeza, se deslizó por los pétalos secos, depositando su esencia en la flor mustia. La rosa cobró vida nuevamente, floreciendo con un resplandor renovado. El caracol, un sanador de almas marchitas.
IV
Bajo el sol radiante, el caracol se deslizaba sobre la tierra cálida. Dejaba un rastro de humedad a su paso, alimentando la vida que florecía a su alrededor. Era un mensajero de esperanza, llevando el renacimiento a cada rincón del mundo. El caracol, un portador de vida en su lento caminar.
V
En el ocaso, el caracol se refugió en su concha, protegiéndose del frío de la noche. Se sumergió en un sueño profundo, esperando el amanecer para emprender su viaje nuevamente. En su descanso, el caracol soñaba con un mundo lleno de maravillas, donde su lenta belleza era apreciada por todos. El caracol, un soñador en su letargo eterno.
Manuela Sánchez
Carlos acaba de dejar la compra sobre la encimera de la cocina. Le gusta comprar en el ultramarinos de la esquina. Mientras piensa en qué va a preparar para cenar ve salir de la lechuga un caracol grande y silencioso. Recuerda las tardes de lluvia infantiles en el parque.
Arancha Naranjo
Dejadme ir lento. Que los demás corran. No hay prisas. Demasiado llevo encima, cual caracol en su concha. Pues todos llegaremos al mismo lugar. Para qué llegar antes. Dilato el tiempo mas disfruto el momento…
Patricia Delgado
Cansado ya de escuchar la misma cantinela, el caracol decidió poner rumbo a la zona más sombría del jardín.
Enrique de la Cruz
«Nosotras no las vemos», las hormigas comentan, y el caracol: «mi vista solo alcanza a las hierbas»… en ese momento llegaste, cerveza en mano, y juntos reventamos el concierto.
Ángel Salgado I
«Caracol saca los cuernos al sol…» ni que esto fuera la isla de las tentaciones.
Ángel Salgado II
De babas va la cosa…
Ángel Salgado III
Hoy no habrá romanticismo, para que no siempre sea lo mismo.
Ángel Salgado IV
I
Siempre con las maletas hechas,
siempre con tu casa a cuestas.
Siempre silencioso y pausado
Clandestino, pasas desapercibido.
II
Ya que estamos en Carnaval deciros que este tipo ha salido ya. En 2020 más concretamente…
III
Yo caminaba imitando tu velocidad mientras tú, impasible ante mi presencia, te dejabas fotografiar. Bonito momento de gloria antes de terminar en la cazuela…
IV
Fue tanto el cariño que no fui capaz de llevarte conmigo y allí te dejé, con tu ritmo de vida que tanto envidio.
V
Jamás encontré una cama ni una estantería, ni los vasos de la cocina cuando he comido un plato de caracoles. A ver si lo de que llevan su casa a cuestas es un bulo…
Juanma García
Metáfora del mendigo que camina sin rumbo fijo, con sus cuatro cosas.
El Mendigo
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