Ahora lo tengo clarísimo…A las pruebas me remito para confirmar que se te fue la olla. El eslabón que sujetaba la conciencia y le daba sentido a tus cosas se te cayó.
Como lo oyen, tan real como la vida misma, tan cierto como que hay un cielo, un mar y personas habitando la tierra…
La locura se apodera de ti. La lucha interna entre tus paranoias y la poca cordura que te quedaba la ha ganado el sombrerero loco…
Nada de enfermedades -en ese caso este post no se crearía- nada de prescripciones medicas. Lo tuyo no tiene arreglo.
No sé ni cómo ni cuando, sólo sé que tu última gota de sentido común se chocó conmigo. Me la encontré casi sin querer, de hecho yo no quería…
Me marché por la noche como tantas otras y nada me hacía sospechar de tu locura. Tu pérdida de capacidad mental es innegable…
Me levanté, todo está preparado. Vuelvo a marchar y me topo contigo, bueno contigo, contigo no, con lo que te hacía ser…
Casi sin darme cuenta me monto en el coche, algo no iba bien y lo notaba.
Me bajo del coche a comprobarlo y todo estaba ok a simple vista…
Bajo la rampa y todo se consuma…mi apreciación inicial era correcta aunque desconocía el motivo. Echarle la culpa a los años es lo más aconsejable en estos casos.
Pasan los minutos y un nuevo aliento me hace recuperar las sensaciones, aunque algo se venía en el ambiente…
Se tachan las fechas del calendario y me decido a averiguar de qué estamos hablando. Nada más poner pie en el suelo mis temores, mis peores presagios se confirman.
Has perdido definitivamente la cabeza, querido. Me duele tener que ser yo el que te lo diga pero ya sabes que el guerrero, o el coleta según se mire, es así de directo cuando tiene poco que perder.
Me dirijo a ti, espero que me estés leyendo. No sé quien eres, ni siquiera te ponga cara, pero te digo una cosa, chaval, has perdido un tornillo y el hijo de la tornillería se me ha clavado en una rueda y me la ha reventado. Gracias por perder las cosas y joderme unas horas de mi vida.
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