Todo surgió como una broma en medio de un sitio muy particular…
La pregunta -más bien el prologo anterior a la misma-, es un tema muy manido aunque no por ello deje de ser curiosa la actitud de los presentes.
Hora tardía, y una cuestión al aire sin venir a cuento…me ahorro el contexto porque no recuerdo el hilo conductor que nos llevó a tal divagación pragmática…
¿Por cuánto dinero te “dejarías hacer”? (permitidme que no escriba la frase textualmente pero no creo que sea necesario)
Aquí es donde se ve la actitud de cada uno de los contertulios.
En el fondo de todo este tema se halla la mítica frase: «Lo que no se arregla con dinero, se arregla con más dinero» que no se quién fue el que la dijo por primero vez, pero llevaba más razón que un santo.
El que llevaba la voz cantante sugirió una cuantía de un millón de euros, a lo cual le dije que yo hay semanas que no gano eso. Me miro con cara de…¿Como? Sí, sí…que por un millón de euros mato a uno…
Pero más se sorprendió cuando le dije que me “dejaría hacer” por mucho menos. Mi frase cómica siguiente rompió en carcajada: «sí, soy fácil y estoy tieso…»
Todo esto en tono distendido y de mucha guasa pues nos causaba risas y motivo de fiesta, pero realmente, en el fondo de la cuestión, habáa algo más profundo. ¿Por cuánto te venderías? ¿Venderías tu alma al diablo? ¿Cuánto es necesario para dejar de ser coherente? ¿Cuántos euros…?
Todo acabo con una conclusión muy sencilla por mi parte, o el personal se quiere mucho y le da mucha importancia a las cosas o yo no tengo escrúpulos ninguno y miro el dinero con mucho cariño…
Los que me conocen saben la respuesta…
Abrimos el debate: ¿Por cuanto dinero te “dejarías hacer”?
Para mi es facil responder, quizas sea facil, quizas sea una losa, pero he mi historia, hace años, cuando no tenia fe, antes de conocer sevilla y en ambiente cofrade, para mi era facil las citas a ciegas, los chat, hasta que llega un momento que te dejas voluntariamente hacer, y no le das importancia, solo que lo has pasado bien y tienes un, dos o tres billetes mas, nunca puse precio, simplemente lo vi bien, hasta que llego sevilla, y llego la fe, que sabe Dios por donde andaba, pero bueno todo ocurre por algo, con la fe vino el sentimiento de culpa y la reformacion progresiba a ritmo galopante, ahora, ni me dejo, ni me atreveria a buscar dejarme, ni por dinero, ni por placer, desde mi experiencia que no es mucha, pero si suficiente para ayudar a otros, el problema no lo ves cuando lo haces, sino con el tiempo, y nunca olvidas las veces en que te abandonastes al placer, que se convertia en vicio, y el vicio en depravacion, que habra quien se sienta bien asi, pero todos tarde o temprano terminan con sentimiento de suciedad que nadie puede limpiar, yo lo unico que he encontrado algo de comprension en sevilla, porque en madrid intente cuando todo esto formaba parte del pasado perdonar a mi conciencia en centenas de iglesias, bajo confesion, y de la mayor parte de ella era expulsado bajo el grito de «sacrilegio» llegando a pensar en el suicidio, en sevilla probe hasta en tres iglesias, y despues lo eleve a diez, y todas me decian lo mismo, Dios sabe que es lo que hay en tu corazon, y si te has apartado del pecado, dios esta contento , cada uno expresaba a su modo, pero todos me asolvian, pese a todo, pienso que todos tenemos un precio, y todos somo capaces de romper los limites, lo dificil, es volver a ponerlos, y fijar un precio que nadie pueda pagar.
Tus palabras me llenan de satisfacción de ver que personas tan educadas leen nuestras cosas.
Alguna vez he tenido la suerte de comentar con usted algún asunto y su FE, con mayúsculas, me dejó impresionado. Nuevamente me vuelve a emocionar leer sus palabras.
Este texto surgió como traslación a la pantalla de una tertulia en tono de jocoso, como cuento en el texto, y cuando llegué a mi casa lo presenté a los miembros y seguidores de esta loca tribu.
No pretendía en ningún momento que fuera un post reivindicativo, ni mucho menos, y si mi tono ha sido serio, no he conseguido lo que pretendía. Mi misión era sacar alguna risa y hacer pensar al personal sobre el valor del dinero y por qué no, sobre lo que nos valoramos…
Encantado de que mi bendita tierra le sirva de recogimiento espiritual y le transmita mi enhorabuena por ser como es en nombre de todos los miembros que llevamos La Morada para adelante.
Un saludo.
Creo que nunca me vendería…aunque si lo pienso bien ya estoy vendido. ¿o que hago en Alemania? si no vender mi alma del sur al norte… Pero vamos a lo que vamos… por un millón de euros??? Vamos al lío… jajjajjaja!!
A ver si entre debate y debate leemos «El mercader de Venecia» que para eso está.
Yo por mi parte, lo tengo claro: mi precio depende del contexto, de la oferta y la demanda.
Por ejemplo. Si estuviera en la cárcel, me da que mi precio sería bien barato. Ahora, si tuviera un millón de euros, seguro que ni por un millón de euros.
Y como dice el Filósofo de Nervión. ¿Acaso soy yo dueño de mis negocios? A cuántas cosas, ideas, y vicios no me estaré vendiendo, incluso caro, sin darme ni cuenta. Porque a veces esto de vivir no se distingue mucho de estar jodido.
Por otro lado, si mis ideales no están dispuestos a venderse en un momento dado, es que mis ideales valen muy muy poco.
Porque, admitámoslo, cuando se nos pone delante la persona que «merece la pena»… los valores cambian.
Tú también puedes ser la deuda de mi vida.