Se levantó un día pensando que ya iba llegando la hora, que el momento se acercaba y se puso nervioso. Y aunque aún quedaba mucho, ya lo sentía tan inminente que los sudores le recorrían el cuerpo mientras se le aceleraba la respiración.
Y eso que se fue a la cama deseando que ese día llegara, era su sueño. Pero al despertar la desconfianza le fue ganando la partida e incluso dudaba si era lo que realmente quería. Simplemente no lo sabía.
Miraba atrás y se preguntaba cómo era posible, cómo había ocurrido todo. Él que nunca salió de su hogar, él que siempre se sintió feliz en su casa y nunca necesitó más allá de sus barrios, sus calles y sus gentes.
De repente un día se da cuenta que sus barrios, sus calles y sus gentes han cambiado y que todo su entorno es diferente. Quizás presume de que el número es mayor, lo mismo de antes y algo nuevo. Novedad que dejó de serlo y que poco a poco se metió en su vida dando paso a su día a día más real.
Él sabe que todo ha cambiado, él el primero. Ya no es el mismo de antes, no piensa igual, no actúa igual y aunque el fondo es el de siempre, todo le parece diferente. O así lo siente él. Y algo de razón tendrá, pues él solo convive consigo mismo a diario.
Los miedos que le acompañaron en su viaje de ida se fueron con el tiempo, pero su hueco lo empiezan a ocupar otros cuya presencia se hace más persistente e incesante cada día. Como si los miedos primitivos no lo fueron y éstos sí son reales, bregando contra todo su ser.
Va pasando el día y con la llegada de la noche sus dudas terminan por consumirle, ya no queda vela que arda y la oscuridad se apodera de su sentir, convertido en tinieblas.
Entonces cuando parece que tiene la solución a sus dudas y miedos, susurra para sus adentros y escucha como conversan su alma y su razón. En ese momento entiende que ha de tomar esa decisión que posiblemente cambie su vida y sin conocer la respuesta a sus dudas, cierra los ojos y piensa que ya llegará mañana con la solución y se duerme…
…y mañana llega y se va todos los días.
ÁS_FdN
Melva Hernandez says
31 mayo, 2012 at 05:16Al despertar siempre hay momentos los viajes las mañanas uuufff me has puesto a pensar me gusta mucho tu artículo muy bueno como siempre !! Saludos Filosofo.
celia says
31 mayo, 2012 at 12:03precioso el articulo y muy profundo. El ser humano siempre va a estar lleno de miedos y dudas, porque no vemos nunca las cosas claras, ni sabemos que es mejor o peor, se actua siempre creyendo, nunca sabiendo, pero eso no importa, hay que estar ilusionado, dispuesto y viendo la vida con alegria, máxime cuando se es joven y se tiene ese tesoro tan poco preciado en su momento que es , la juventud. Que hay que cambiar, modificar costumbres, ver sitios nuevos y gentes con las que nuncas creias que ibas a estar disfrutando, trabajando o viviendo, no importa, todo es enriquecedor, y a la vez sufrimiento, pero hasta del sufrimiento se aprende mucho. Tú ten confianza y si algo se trunca, no importa ya vendrá la ocasion de que todo salga como tu quieres y para lo que estas trabajando como pocos. Un abrazo inmeso.