¡Qué poco cuesta hacer feliz a alguien!
Así de sencillo. Así de sencillo para algunos porque hay personas que jamás mueven un dedo por los demás, aunque les encanta pedir favores y que les sean concedidos…
Para este Guerrero que os habla el hacer feliz a una persona amiga no es molestia alguna sea cual sea el favor (siempre que esté en mi mano…)
Normalmente te sueles encontrar con personas que difícilmente te hacen un favor, aunque este sea vital para ti. Lo mismo ocurre con los secretos, tú vas creyendo que puedes confiar en una persona,le cuentas una cosa confiando en ella y al cabo del tiempo te enteras por otras de que el secreto era público para todos gracias a esa queridísima persona que va de inocente por la vida. Luego son las que se ponen de bien delante haciendo ver que nada ocurre…
En mi caso, quizás peque de espléndido y aunque el dinero no me sobra, como a nadie en estos tiempos que corren, no dudo en hacer un favor si la persona lo merece, o creo que lo merece. Digo creo porque luego te llevas cada decepción enorme con personas que cara a cara te ponen la sonrisita y te piden un favor y tú muy gustoso lo haces, y luego te pagan contando el secreto a los cuatro vientos….qué curioso que sea el mismo tipo de persona, quizás la misma persona, incluso…
Después están esos favores que no cuestan dinero y sí conllevan un tiempo tuyo o pedir un segundo favor a otra persona para saciar la necesidad de tu amigo. Muy fácil, se levanta el teléfono, se comenta y listo. ¿Tanto cuesta hacer eso? ¿Por qué hay personas que no son capaces de hacer algo por cualquiera, por muy cercano que sea dicha persona? Que alguien me lo explique porque no lo entiendo.
Quizás, muy posiblemente, yo peque de ingenuo y se aprovechen de eso. Quizás solo sea que me ofrezco o tal vez que soy demasiado fácil…
Ahora pega escribir lo que me dice mi madre: «niño, si fueras mujer ibas a ser la más puta de la ciudad. A nadie le dices que no…» cosas de madres.
Una gran verdad, pero en mi opinion pienso de que todo esto lo hemos creado nosotros porque esta dentro de nosotros, todos podemos hacer un favor, bien sea desde acompañar a alguien a un lugar, dejar dinero a alguien, o incluso el tener que comprometerte sin necesidad para obtener favores de otros para otros, y he aqui el error.
Decia una cancion de mis años de juventud, «los amigos de mis amigos son mis amigos», si esto fuera real, no pondriamos objeciones a ayudar, si no fueramos soberbios por naturaleza, no esperariamos el retorno del favor, o que lo que se mantuvo en el secreto algun dia sera publico, porque la soberbia no solo es ese orgullismo de ser mas que los demas y tener la patria y potestad de la razon, la soberbia, tambiem es esperar algo a cambio de algo, porque a ti mismo te dices de que lo conseguiste por mi, el que el secreto hecho publico que nos causa dolor, es porque en nuestro interior nos decimos, por tu hacerlo publico estoy sufriendo…
en realidad no nos damos cuenta que casi siempre cuando hacemos un favor, esperamos de que el otro tenga memoria, cuando debieramos ser humildes, pero de verdad, porque aun en el sentimiento «se que no me lo va a devolver pero voy ha hacerle el favor…» hasta hay hay soberbia, porque hay esperanza de recuperar lo que es nuestro, y hay es doble mancha para el alma, porque no solo hemos sido soberbios, sino que para llegar a ese estado de soberbia hemos utilizado lo unico que la humanidad nunca pierde, la esperanza.
por eso es normal todo esos estados que tu, que el, que yo, que nosotros, hemos sentido y sentimos cada dia, a cada momento, y el cual solo tiene un camino, la humildad, pero dado que no somos capaces por nosotros mismos llegar a ella, se nos ofrecio un camino, el de la compasion y no el de la lastima, que son cosas muy distintas, compasion para llegar a la humildad y despues cuando vengan con un gracias poder decir:
Gracias porque?, yo no he hecho nada, tu podias haber pedido ayuda a muchos otros, y yo te di algo que a mi no me servia, nunca te hice el favor, es porque tenia algo de lo que puedo prescindir.