Sentado en un escalón a pie de urbe, escribo estas líneas tratando de parar todo el mundo a mi alrededor. Todo menos el reloj.
Así me encuentro mientras escribo estas letras cuando es imposible concentrar los sentidos en estas líneas; el ritmo de mi alrededor es frenético.
Yo, que en estos instantes estoy buscando la calma adentrándome en mi mundo de palabras, sólo veo pies y piernas que pasan delante de mi, esquivando mis pies para no pisarme. Las caras de velocidad, preocupación y agobio lo dicen
todo. Somos esclavos salemucc.com del tiempo.
Yo, que aquí sentado espero una buena nueva; no tengo ninguna prisa porque el tiempo es, en este caso, un fiel aliado. Veo la vorágine en la que vivimos, me paro un segundo a pensar que yo soy parte de esta maquinaria. Una rueda más de este engranaje en el que hay piezas oxidadas de no usarse y que hacen que el reloj del día a día chirríe, y en el que otras, en cambio, se engrasan constantemente para su mejor funcionar.
Desde un escalón escribo estas líneas, dentro de una burbuja atemporal que explotará cuando el tiempo, ese que todo lo puede, se ponga nuevamente en marcha, poniendo a este pensador, nuevamente en la órbita del movimiento correspondiente…
Mujeres y hombres de todas las edades, colores y formas pasan delante de mi, esquivando unos pies que se han detenido un instante. Instante de coger aire y seguir rodando…
Sólo nos quedar usar el mejor aceite posible y que nada chirríe por nuestra culpa.
ThePersonalTrainer says
16 septiembre, 2013 at 09:54El tiempo… Ese al que nuestra vida está sujeto… Podemos vivir sin cualquier cosa, pero sin el tiempo no…