Muchos paraísos atisbé, algunos incluso conquisté y de otros salí airoso, huyendo pero airoso, y en todos un sentimiento común.
Hace horas, tal vez días, quizás semanas y puede que algún año os envié un embotellado papelucho donde os narraba lo que viví al contemplar una triste planta atrapada en una pared circular que los hombres del lugar llamaban maceta cuando la pobre gritan en silencio por su Libertad.
Libertad… terminología esdrújula inservible por su mal uso e incluso inexistente en la mayoría de los casos. Trataremos el tema libertario en otro de mis embotellados mensajes.
Os decía, antes de perder de vista mi escasa libertad, y eso que le doy buen uso, que cautivado por cada paraíso en el que coloqué mis pasos e incluso en los que no pude, en todos hallé seres maravillosos, hábitats increíbles en la que el verde destacan sobre el horror pétreo y donde el agua se volvía espejo, solo dañado por el danzar de coloridos pececillos que alegres disfrutaban de su vida.
Seres extraños, los habidos y por haber, pero como en todo sistema, convivían y se respetaban en armonía y curiosamente solo se molestaban para comerse unos a otros, casuística esta que se aceptaba de buen grado por la supervivencia de todos.
Curiosamente, todo esto que os narro es por la extraña habilidad de este Navegante de alcanzar puertos insólitos y sin huella en ningún mapa antes que la mayoría, aprender a apreciar lo que no tenemos y poseer el donde alimentarme de ron y un buen puñado de pipas de calabaza que amontonamos en la bodega.

Siglos después, regresar a aquellas X marcadas en mi alma solo me llevan al odio, a la pena y al recuerdo de algún bichejo entrañable que osaba pararse a mi vera, lamer un poco de mi ron o quitarme algún semilla de las mías y marcharse transmitiendo ese aroma embriagador que trae y lleva la felicidad y que ya no existen debido a que el hombre, ese ser enmascarado, amargado y aterrorizado por su existencia, ha hecho acto de presencia con aires dominantes y con la firme creencia de que todo le corresponde.
Todo para el hombre, pero sin él, por favor.
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