Quiero que llegue ese momento de nuevo.
Quiero volver a caerme y quedarme tirado en el suelo, mientras la risa me entretiene.
Quiero volver a no recordar nada y que lo que suene en mi cabeza sean tambores de guerras pasadas.
Quiero que suene el teléfono de casa y responder sin saber quién llama.
Quiero volver a quedar contigo y que no haya llamadas perdidas por el camino.
Quiero levantar la mano para que seamos par y jugar esa pachanga entre dos montañas de mochilas.
Quiero volver a ese primer beso, a esa primera mirada.
Quiero verte caminar de espaldas y salir corriendo a darte un abrazo.
Quiero volver llegar a casa y que huela a casa.
Quiero ese pollo frito con patatas, que tanto me gustaba.
Quiero volver a correr por el césped con la camiseta de mi banda alemana.
Quiero salir del estadio y llegar, de bar en bar, hasta Triana.
Quiero ese «buenos días» que me molestaba tanto, pero que me susurraba mi ángel de la guarda.
Quiero volver a madrugar para coger sitio en la biblioteca.
Quiero que las tardes fluyan, y que amanezca varias veces en mitad de la noche.
Quiero volver a no tener más preocupaciones que la de estar despreocupado.
Quiero, aunque sepa que todo es baldío.
Aún así, seguiré queriendo…
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