Algún viejo recuerdo se le aparece por su cabeza, ocurre más días de los que quisiera. Pero no puede hacer nada contra eso, no depende de él y todo escapa a su control.
Le resulta gracioso que muchas de las historias que su mente narra, las ha vivido en primera persona, siendo el protagonista absoluto de todas ellas, pero ya casi ni las recuerda. Si un día iba por el parque cogido de la mano con ella, no está seguro quien era, si era, ni de las flores que olieron dando aquel romántico paseo.
Cuando se junta con sus amigos, hablan de sus peripecias de antaño, pero ya no saben si las historias fueron tal y como las cuentan, o si las cuentan y por eso eran como son contadas. Baile de tiempos, colores, risas y lamentos.
A veces, confunde el ser con el estar e inventa historias propias que son de otros, o hace protagonista al vecino de sus mejores momentos. Todo es mental y efímero en sus pensamientos.
Sería maravilloso que tuviera un VHS, que lo hubiera pasado a DVD y luego al ordenador, por ese orden, y que todo lo vivido estuviera grabado por temporadas. Así recordaría los grandes fracasos de antaño como maravillosas experiencias de vida. Sus grandes logros, como recompensa al trabajo y al buen hacer. Las risas como risas y las lágrimas como decepciones de todo lo que no tuvo que pasar para que pasara todo lo demás, por lo que ahora es lo que es.
Y si una temporada fue mala, pues siempre se puede dejar pendiente o irte directamente al resumen con los mejores momentos.
Al fin y al cabo, es su película y siempre será el protagonista, lástima que la calidad de las imágenes vaya menguando con el paso de los años y se vaya acabando poco a poco la cinta.
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