Así podríamos resumir todo lo acontecido en la tarde del sábado en Balaídos: un buen Celta, un gran Bellingham.
La mano de Rafa Benítez es evidente y el 5-3-2 con el que se enfrentaba su Celta al Real Madrid parece tomar fondo y forma.
Está consiguiendo una gran versión de Mingueza, Aidoo sigue firme y mandando, Unai igual, a Cervi lo está reconvirtiendo en carrilero,…
Fran Beltran a los mandos de un centro del campo por el que pasa rápido el balón. Un gran Bamba que no consiguió materializar todo el desborde y el peligro con el que llegó durante todo el partido. Sin duda un buen Celta que echa de menos, de momento, los goles de Iago Aspas.
Enfrente un Madrid con mucho físico, donde Valverde, Camavinga y Tchouameni están en una gran forma pero que se ven huérfanos de desborde en banda y gol. Ante la lesión de Vinicius, -al que le han realizado pruebas para determinar el alcance de la misma y ha deparado lo peor: 6 semanas de baja para el crack brasileño-, sólo Rodrygo aporta velocidad, desborde y esa magia inesperada que se traduce en victorias y así, solo Jude Bellingham acude al rescate.
Tercera jornada de Liga y tercera victoria en el casillero del inglés que vino para ser nuevo líder del centro del campo y se ha hecho el héroe de un equipo más plano que en temporadas anteriores donde las lesiones se acumulan.
El medio está mutando en mediapunta y el mediapunta en falso nueve para ¿terminar de delantero?
No cabe duda que el fichaje de Jude Bellingham, pese a su precio, ha sido el mayor acierto en los últimos años de Florentino y sus hombres; la capacidad de anotar, crear y recuperar del británico no está al alcance de muchos y ya es, sin duda, el mejor jugador de La Liga. Nuevo gol de cabeza para convertirse en pichichi con 4 goles y en el jugador de La Liga que más remates hace.
Un buen Celta que le puso las cosas muy muy difíciles a un Madrid más plano que de costumbre.
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