
El Real Betis tropezó en casa ante Osasuna (1-1) en un duelo marcado por la resaca europea y la batalla por Europa. El equipo de Pellegrini, obligado a rotar tras el exigente choque en Florencia, no logró mantener su ventaja y vio cómo se le escapaban dos puntos vitales en la lucha por la Champions League.
La noche comenzó con un homenaje emotivo en el Benito Villamarín: el estadio guardó un sentido minuto de silencio en memoria de Francisco Sánchez Arillo, uno de los socios más antiguos del club. El respeto se transformó rápidamente en tensión competitiva.
El técnico chileno optó por dar descanso a piezas clave. Sin Antony, y con Lo Celso y Carvalho entre algodones, los focos se centraron en jóvenes como Jesús Rodríguez y en Abde, que regresaba a escena ante su exequipo. El Betis dominó en posesión y sensaciones, pero le faltó filo en los metros finales. La ocasión más clara, sin embargo, fue para Osasuna, con Bryan Zaragoza obligando a Adrián San Miguel a firmar una parada salvadora justo antes del descanso.
Tras el paso por vestuarios, la entrada de Isco cambió el guion. El malagueño dotó de pausa e intención a cada posesión y fue el arquitecto del gol. Minuto 64: balón elevado al espacio con precisión quirúrgica, y Cucho Hernández no perdonó ante Sergio Herrera. Cuarto gol del colombiano, decisivo una vez más.
Cuando parecía que el Betis tenía el control, Osasuna despertó. El equipo de Vicente Moreno, discreto durante muchos tramos del partido, castigó un descuido por banda derecha. Centro de Areso, toque de Oroz y remate inapelable de Budimir para empatar el duelo.
Con los últimos cambios ya sobre el césped, el Betis apretó en los minutos finales. Antony asumió galones en ataque, y estuvo a punto de marcar el segundo con una volea peligrosa en el descuento, pero Herrera se mostró seguro bajo palos.
El empate deja al Betis a tres puntos del Villarreal, con desventaja en el goal average general, y la sensación de que la Champions se escapa entre los dedos. Aun así, el billete europeo está sellado y el foco se traslada ya a la cita histórica del 28 de mayo: la final de Conference League ante el Chelsea.
