Derrota en Barcelona, da igual en el Camp Nou que en la montaña mágica de Montjuic que en la Plaça de la Barceloneta.
Derrota en Barcelona, da igual el nombre que le pongáis al entrenador del banquillo sevillista, el nombre del presidente, del utillero e incluso el nombre de los jugadores que salten al campo.
Derrota en Barcelona, y tal vez llegue el momento de dar gracias, como por ejemplo a Jordan, a Rakitic, o a cualquiera de todos esos jugadores que ya no deberían estar en la plantilla.
Derrota en Barcelona, sin representación institucional en el palco. Como si cuando está Pepe Castro estuviera representado…
Derrota en Barcelona con el portero del que os reíais de titular, con el mejor canterano de la historia al que habéis insultado de titular, con Pedrosa, del que también os habéis reído de titular y unos cuantos más… qué más da!!
Y sí, derrota en Barcelona y da igual que juegues “bien”, mal o regular o que incluso no comparezcas. No te compadezcas. Ridiculo garantizado.
Esto comenzó queriendo ser una pequeña crónica pero no me apetece hablar de fútbol, lo mismo que nuestros dirigentes. Equipo de aquella manera por mucho que hoy estéis enamorados de Lukebakio, ya veremos dentro de un par de meses que también os enamorasteis de Correa, Konoplyanka, Promes o incluso Rony Lopes… y mientras, en vez de resolver todo lo que tienen pendiente entre accionistas, comunicado necesario pero absurdo porque se presentó al partido. Ruptura de los culés con nosotros hasta que le vendamos al próximo jugador por una pringá y ya veremos si no nos penaliza.
Hoy quería hablar de fútbol, de nuestro Sevilla FC y se me fue la mano…
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