Quiso el abuelo jugar con su nieto, haciéndose el dormido. El pequeño sin apenas hacer ruido le observaba, algo inquieto y curioso. Sin pensarlo, se fue hacia él y acariciándolo, le besó en la frente. Llamémosle, pura inocencia…
Patricia Delgado
Inés se está arreglando para salir. Un toque de pintalabios, una gota de perfume. Ya casi está lista. Acaba de dejar el álbum de su hijo. Pura inocencia en las fotos de la comunión. Ahora debe darse prisa o no podrá verle en la hora de visita de la prisión.
Arancha Naranjo
En un mundo oscuro y complicado, ella irradiaba inocencia. Sus ojos brillaban como estrellas y su sonrisa contagiosa iluminaba a todos a su alrededor. Sin maldad en su corazón, creía en la bondad de las personas y en el poder de los sueños. Su inocencia era su mayor fortaleza.
Manuela Sánchez
I
Tu actitud siempre marcando tendencia
Olvídate del qué dirán y sé tú mismo
No mires atrás, sé siemore el más listo
y nunca pierdas tu bendita inocencia.
II
El tiempo, juez y compañero, pasado, presente y futuro que pone y quita, que da y vuelve a quitar. Capaz de hacerte hacer mucho y perder hasta la inocencia.
III
Y pecar que perder la inocencia es ley de vida con esa carita que me pones…
Juanma García
Líneas maestras trazadas, encuadre claro: su mirada. La mirada de la inocencia, la de la juventud incluso adolescencia. Mirada llena de vida al recordar los pocos recuerdos que le quedan a la abuela del ventanal de cuando era niña. Ahora confunde a su nieto con su marido y a veces, con su padre. Pero esa carita, con las arrugas muy sombreadas no la perderá jamás.
El Dibujante I
Niños jugando a ser adultos; pinceles que vienen y van, verdes intensos de un parque sin igual y adultos tratando de recrear aquella inocente infancia cuando un balón de trapo remendado era su mayor tesoro. Poco color ya en el lienzo salvo algunos matices tan grises como sus recuerdos, como sus propias canas.
El Dibujante II
Inocente que no ignorante. Lecciones de la vida.
El Mendigo
Ver sin ver.
Ángel Salgado I
Días enteros jugando con ella, añoro su partida.
Ángel Salgado II
En tu mirada había inocencia, se fue antes de que tú te fueras.
Ángel Salgado III
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