
Aún rodeado de tantos, supe de tu soledad. Era algo inevitable, estar en casa sin estar. Un incómodo vacío habitaba en Pureza, pues su presencia lo llenaba todo y nada podía ser igual. El arrabal trianero se encontraba a la deriva, mientras su Esperanza echaba ancla en otros parajes, labrando el camino de su Misión.
Días de idas y venidas. De dulce desconsuelo por una marcha y de júbilo desmedido por una anhelada vuelta. Mientras tu aguardabas en silencio, con calma, a sabiendas que su labor fuera lo compensaba todo.
Una terraza sin vida, por momentos se engalanó para recibirla, donde la emoción dio paso a más de una lágrima, a más de un abrazo, a más de un bello sueño hecho realidad. Porque no pudieron ir a verla a su casa, sin embargo, fue ella la que, con paso firme, sin dudarlo, acudió a una cita ineludible y necesaria, evocando un revuelo de sentimientos encontrados.
Un porta suero abandonaba por momentos la estancia de una fría habitación para acompañar al paciente que impaciente no veía la hora de verla, sentirla y pedirle más Esperanza, más aún.
Un parque de María Luisa acogió la más bella de las flores para hacerla suya, donde laureada, paseó entre jardines ante un cielo azul repleto de luz, la misma que le guió por esos lindos senderos.
Mientras tanto, sé que ocupaste su lugar, algo que seguramente te incomodaba, puesto que a Ella le pertenece y sin querer ser protagonista, rebosante de una humildad infinita, lo fuiste sin más, aceptado el devenir de tanto acontecimiento. Cuando todo aquel que paseara por Pureza te encontrara allí, cual refugio, para recibirlo y de esta forma hacer más llevadera su partida.
Ya calma, ya está en casa. Ahora más que nunca se te ve cual niño con zapatitos nuevos. El desconsuelo se desvanece si una madre está cerca. Si cayeras una vez más ella estaría a tu lado para sanar.
Cuando la Capilla de los Marineros apague sus luces y cierre sus puertas, madre e hijo conversarán largo y tendido de cómo, dónde y por qué comenzó todo, a sabiendas que mereció la pena, derrochando Esperanza por doquier…

