Carmen había conseguido robar las joyas de su cuñada. No sabía dónde guardarlas. Secuestró el conejo amarillo de su hija, lo abrió, las guardó y lo volvió a coser. No se notaba nada. Luego escondió el peluche en la cómoda debajo de unas sábanas. Nadie iba a sospechar.
Arancha Naranjo
Prisionero de ti, libre contigo.
Ángel Salgado I
Amnistía para los conejos que son más necesarios.
Ángel Salgado II
En ese mismo momento, dijo en voz alta : «¡Esto es todo amigos!»
Ángel Salgado III
Soñaba que corría por un verde prado
repleto de zanahorias.
Despertó perdido y amordazado
con la cabeza como una noria.
«¿Qué hago aquí?», se lamentaba,
Por comer donde no debía
atado ahora se encontraba.
«¡Qué mala suerte la mía!»
Ángel Salgado IV
Las cadenas apretaban Muy fuerte sus patitas, mientras un chillido se dolor escapaba de su boca entreabierta, después de tantos inviernos de ser usado como apoyo emocional a un niño, ahora saltarín se encontraba solo atado en aquella puerta de madera, el fin era inequívoco. Mientras en los portales de las casas del pueblo un panfleto pegado reflejaba su historia: «perdido, saltarín, mi mejor amigo ha sido secuestrado»
Manuela Sánchez
I
La vida de un peluche está en juego, ¿será capaz su adorable y pequeña dueña recuperarlo antes de ser desollado y echado a la marmita de las Nancys?
II
Escena extraída de 50 sombras de Bunny.
III
Estoy deseando jugar con el conejo pero no consigo que no me quede obsceno…
Juanma García
Una buena obra, analiza la situación del corazón, de ambos: por un lado, uno pequeño late entre lágrimas por la pérdida de su amigo mientras que uno mucho mayor, recubierto de arrugas y canas ha conseguido, entre dolores, agacharse, recogerlo antes de que lo atropellen y dejarlo a la vista para cuando lo busque la pequeña.
El Mendigo
No podía ser cierto. Era una consecuencia de ese estrés tan enemigo. Por momentos me pareció ver sobre un gran portalón, encadenado, un conejo, cual secuestro. Decididamente estaba perdiendo la cabeza. Un secreto más inconfesable…
Patricia Delgado
Papá Noel, un grouchy andaluz llamado Juanma, ha secuestrado al conejo blanco, creo que será necesario enviar al angelito de jengibre para rescatarlo, manifestó Cata palo de caramelo, antes de explicarle qué los hechos habían ocurrido, dudarte la fiesta del pavo.
Katy Núñez
«¡Socorro, socorro!!!
¡Qué alguien me quite éstas cadenas!!!»
Miré a mi alrededor y no vi a nadie, sólo un pequeño conejo enganchado a la aldaba de una puerta.
Me acerqué con ternura, justo en el momento en que el dulce peluche volvía su cabeza de algodón y me decía…:»¿A qué esperás? ¡Libérame ya!!!!»
Y aquí estoy, tres días despues.
Embarcada en un carguero destino a Sidney.
La Renacida