
Ingredientes:
*500 ml de caldo de pollo.
*3 muslos de pollo
*40 ml de aceite de oliva
*400 g de patatas
*2 dientes de ajo
*4 cucharadas de sofrito de tomate
*50 g de pimiento verde
*1 cucharada de pimentón dulce
*1 rama de tomillo
*20 g de pimienta
*Sal
Preparación:
Para empezar, pela las patatas y escáchalas.
Escachar es romper la patata antes de terminar de cortarla, así libera el almidón y queda el guiso más espesito.
Déjalas en agua fría con sal.
Coge el pimiento y córtalo a tiras.
Pequeñas si te gusta que «desaparezca» o anchas si te gusta que se vean y se «mastiquen».
Los ajos, bien picaditos, y la zanahoria a rodajas finitas.
Trocea los 3 muslos de pollo. Los muslos los puedes dejar con piel o sin piel.
Con piel tiene más grasa, ya sabéis.
Salpimenta al gusto.
Yo lo dejo todo en una bandeja al lado de los fogones, antes de empezar a cocinar.
Ahora, sí.
Ponemos a calentar aceite en una cazuela ancha.
Mientras coge calorcito,
Dora los muslos por todos los lados hasta que tengas un bonito color, recuerda hacerlo a fuego medio, no muy fuerte.
Una vez doraditos, retíralos a un plato y deja que suelte el jugo.
En el mismo aceite en el que has dorado el pollo, sofríe el pimiento y los ajos.
Cuando se haya hecho un poco, suma la zanahoria y sofríe durante 15 minutos añadiendo el pimentón.
Remueve para que no se pegue mezcle y echa dos cucharadas de sofrito de tomate.
Es el momento en el que las vecinas te preguntan qué estás cocinando que huele tan rico.
Si prefieres una salsa más cremosa es el momento de meter la batidora de brazo y convertir las hortalizas en crema.
Y….. devolvemos el pollo a la cazuela.
Añade las patatas y remueve con gracia y energía para que nos quede mezclado y pon una ramita de tomillo.
Lo del tomillo es opcional, pero le da un toque riquísimo.
Cubre con el caldo de pollo y cocina durante 20/23 minutos más con la cazuela tapada.
Si ves que se reduce mucho tu caldo, añade un poco más si hace falta.
No agua, caldo.
Cuando pase el tiempo, apaga el fuego pero no apartes la cazuela.
Antes, prueba el caldito por si tienes que rectificar de sal y pimienta.
Deja que se quede con el calor residual y seguirá cociendo un rato hasta llegar a su punto de servir.
Normalmente, mientras cuece, es el rato que aprovecho para recoger la cocina mientras vigilo que no se pegue la patata.
Yo tengo siempre en el congelador cubiteras con caldo de puchero y tomate frito de cuando hago para otros platos, ¡que aquí no se tira ná!!!
Así que cuando voy a cocinar, lo tengo a mano.
