Eres mi peor compañera y lo sabes de sobra…
Perdonad que empiece así de rudo contra ella, pero sabe de lo critico que soy con su incansable presencia.
Mi suerte es su dolor y es saber que a pesar de que me controla en ciertos momentos, no puede conmigo. A día de hoy, está viva en mi, presencialmente activa en mi vida pero no me puede, no me termina de manejar y eso le duele.
Eres una mala compañera, un mal piloto si comandas los designios de mi viaje, cosa que muchas veces me apetece; me dejaría llevar y que te apoderaras de mi destino por unos instantes; luego entro en razón, la lucho, la batallo y le doy largas a pesar de cargar con ella en esos instantes.
A veces me resulta fácil vencerla, ,en otras quizás no tanto, pero la obligacion del día a día me hace sobrellevarla de buen agrado.
Eres una mala compañera y lo sabes, te regocijas cuando me miras a la cara, cuando yo mismo me miro en el espejo, muchas veces te veo a ti, con cara desafiante, diciéndome lo que debo y no debo hacer.
Por suerte soy astuto y te esquivo y te venzo una y otra vez, una y otra vez y hasta la fecha nunca me has podido.
Eres muy mala compañera, querida pereza, pero no lo suicientemente fuerte como para agotar las inquietudes del guerrero.
Que la pereza no os pueda…
unos con la pereza y otros con la timidez… amistades que no nos hacen ningún bien! 😉