Tal cual lo dice el título del post… Ojos abiertos y atentos tras una despedida de día fea, un transcurrir de uno a otro pésima y un mal arranque. Por partes: la despedida del día de ayer fue rara, extraña; digamos que no fue de los mejores días que me fui a la cama a pesar de ver como el Chelsea goleaba en la Premier. La noche, como medio temporal en el que pasamos la hoja del calendario con un titular contrario al título del post, ha sido canalla: entre la despedida de anoche y el calor… ¿cómo es posible que los cuerpos y las mentes no sean capaces de descansar con 25 grados si durante el día ha tenido tiempo de adaptarse a los 45? Cosas que pasan a diario…
Y llega la mañana, aún de noche y mi despertador me dice que es la hora establecida para levantarme. Cuánto odio hacia ese instrumento que manipulamos nosotros mismos a nuestro antojo cual marioneta que se deja hacer. Pues esos hilos que movemos, los odiamos a muerte porque, aunque nos haga un gran favor a diario, y su servicio sea casi perfecto, no terminamos de encontrarle sentido a la desagradable tarea que se le encomienda. Despiertas, que ya es una exageración, y ves que el humor no va a ser hoy una nota destacada en ti. Si tu cara es el espejo del alma, el alma está en el quinto sueño seguro… Arranca una jornada complicada…empiezas antes, acabas después y encima no tienes ese miniratito de relax que te sirve para resetear la jornada de mañana para afrontar la tarde con ganas. O sea, un caos… Esperemos que se vaya mejorando el día porque ahora mismo mi cara escribiendo estas palabras es un auténtico poema.
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