Aunque parezca una broma o algo preparado, este post no empezaba así ni mucho menos. El estar describiendo la actitud y el funcionamiento de unos cerebros juveniles muy poco trabajados ha hecho que se contagie el efecto y el archivo se resetee justo cuando estaba escribiendo que dichos jóvenes viven con el botón ‘reset’ continuamente pulsado. (Parece que se ha pasado el efecto…Continúo) Os iba contando antes del contagio que los cerebros juveniles actuales sufren muchísimo con cualquier cambio ya que el pensar que tienen que volver de las vacaciones e incluso estudiar algo, o peor aún, que mañana es uno de agosto y van a desconectar de su propia desconexión, los vuelve ya no más… sino incluso más… Pues eso. Después tenemos casos especiales en los que la chulería inconsciente les inunda el pensamiento y les sirve -o eso creen ellos- para justificar su falta de compromiso, no ya con sus padres, familiares, profesores…NO!!!, incluso con sus propas vidas ya que siguen sin ser consecuentes con ellos mismos y pierden la noción de que sus estudios, sus esfuerzos y sus logros o fracasos son en la inmensa mayoría, transformados en efectos sobre ellos en primera persona. En primera, segunda, tercera, cuarta y ya después en los demás… Trabajas porque cobras, pero ya que lo haces, tratas de adentrarte en sus maravillosos mundos para lograr entender cada caso; craso error. Con eso solo consigues conocer mejor a dicho ejemplar y adelantarte a sus pensamientos en forma de excusas. Solo para eso. Todo tu esfuerzo lo transforman en: «estás un poquito cabrón…» o en un «menos mal que mis padres no leen las observaciones que me pones junto con las notas». Y aun sabiendo de sobra que ese es su «modus operandin», te cabrea que te lo digan con esa soltura y apostillan el comentario
con un brillante: «es que en verdad, lo que tú me digas no me influye porque yo voy a ahacer lo que me dé la gana». Justo en ese momento esa persona deja de ser un alumno y yo un profesor preocupado por el, y pasa a ser una silla más de la clase y yo un digno ponedor de mano para que los billetes que se gastan los padres se depositen en mi palma, sin posibilidad de caída y extravío, por los servicios prestados. Implicarte nos implicamops, pero cuando no hay recepción alguna…mal. Post de desahogo que refleja la realidad de unos jóvenes que están sufriendo las consecuencias del terrible estado de la educación en este país. Estos muchachos serán los españoles del futuro próximo… ¡¡Qué Dios nos coja confesados!!