Sin rumbo ni puerto, con amantes pero sin amadas, soñador sin sueños, pirata sin parche, caballero sin corcel, afamado espadachín sin espada, capitán sin galones, respetado sin respeto, condenado sin juicio, desaliñado sin remedio, buhonero sin carromato, millonario sin fortuna, borracho empedernido sin ron, terrateniente sin tierras, sembrador sin arado ni siembra, mafioso sin maldad, ladrón sin guantes blancos, un ángel sin alas…
Mil y una noches a la luz del oxidado quinqué escribiendo contradicciones que definen a este Navegante entre supuestos, habladurías, chascarrillos y vocerío popular. Hazañas y hurtos proclamadas en mi nombre, amantes despechadas y ríos de vino por beber.
¿Que a dónde me dirijo? La vida dirá…
¿Quién me acompaña? Mi fiel tripulación, aceptada uno a uno donde los únicos mandamientos son la búsqueda constante de la felicidad y aceptar de buen grado la locura del Capitán. Bueno, y tener limpia la bodega y los barriles a rebosar.
Armas llevamos, mas no las empuñamos porque usamos el bello arte de conquistar con la palabra.
La única que manda en mis designios es mi fiel brújula, la que desde siempre me acompaña y que, al igual que el resto de tripulantes, comparte la misma locura que yo, marcando nortes imposibles a ritmos de corazón.
¿Te animas a ser feliz? Sube a bordo…

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