La suerte, azar, superstición o fe en una organización sobrenatural de sucesos. Según la RAE, “circunstancias que por casualidad favorece o empeora algo”. Todos hemos oído y hablamos de ella, pero ¿sabemos realmente en qué consiste?
Solemos hablar tanto de la buena suerte como de la mala suerte. Aquel balón que roza en un defensa y acaba entrando en la portería. Aquel tema que repasas a última hora y sale íntegro en el examen fin de curso, tres semáforos en verde seguidos, que pare de llover cuando te bajas del coche hasta que llegas a casa… Muchas situaciones diarias que nos favorecen.
Por el contrario, tenemos muchos momentos en los que creemos que algo o alguien nos boicotean. Esa entrevista a la que acudes y no encentras aparcamiento cuando vas apurado de tiempo o llegar un minuto tarde y que cierren las puertas del teatro o se vaya el autobús.
Pero no todo es realmente suerte, no todo ocurre sin más, siempre hay algo más que podemos o dejamos de hacer. Para que la pelota rebote en el defensa, uno tiene que rematar a portería. Para que caiga ese tema que te acabas de repasar, te lo has tenido que repasar… por lo que todo no depende de la suerte. Sino del trabajo, del esfuerzo o de la persistencia.
En el caso contrario, seguramente si hubiésemos salido con antes el autobús no hubiera pasado, o tendríamos más tiempo para buscar aparcamiento.
Es verdad que hay momentos en los que uno no puede o no sabe qué podía haber hecho para evitarlo o mejorarlo. Qué mal hemos hecho para que de camino a una cita pase una paloma y te manche la ropa, o un coche te salpique agua del charco al cruzar un paso de peatones…
¿Buena suerte o mala suerte? Busca la buena y trata de evitar la mala. Se puede, y la actitud hace mucho. Si eres positivo, seguro que la buena aparecerá por tu vida… si eres pesimista, la mala suerte, probablemente, se acabará apoderando de ti.
Así que actúa y pon todo de tu parte para que lo bueno te guíe e irradie a los que te rodean.

La buena suerte en muchos aspectos de la vida, se hace, dependiendo de la actitud que pongas en tu cabeza. La mala, esa en muchos campos, viene sola y hay que aceptarla sin más.