Extraño, muy extraño…
Son las 00:11 y estoy en la cama, acostado, con ganas de sentirte sobre mi piel.
He venido a buscarte sabiendo que me estabas esperando para fundirnos en un abrazo que dure hasta el amanecer o hasta que tú quieras. Fiel a la cita aquí estamos los dos, mirándonos frente a frente, sin inmutarnos y sintiéndonos. Te siento recorrer mi cuerpo estremeciéndolo y extrayendo las sonrisas del día.
El suave vaivén de las cortinas a compás de la más sincera melodía silenciosa hace de estos momentos una aglomeración de sentimientos que sobrepasa todo lo expresado y sentido anteriormente.
Insistes en tus caricias aterciopeladas y mi cuerpo reacciona; tu constancia, extraña a la par que necesaria y esperada hace que mis ojos se cierren concentrándome en ti.
No imaginaba tanto placer, no imaginaba incluso encontrarte por mucho que te he buscado.
La cortina sigue en movimiento senoidal de longitud de onda perfecta y en un periodo ejemplar. Son las 00:20 y mientras termino de describiros mis sensaciones, en fresquito que entra por la terraza no hay palabras que puedan describirlo.
Buenas y placenteras noches.
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