He vuelto a ver “Los Sumisos” y no he podido acordarme de “El Bache”.
Si Martínez Ares ha ido con el cuchillo entre los dientes con sus sumisos por aquellos tiempos en los que la fiesta decayó con humildad y humillada, no ha sido el único que referencia la época de la censura y prohibición de la fiesta de la libertad.
Es 1993, tiempo de otras guerras. Precisamente un joven Martínez Ares, comienza la suya en forma de coplas y en las que lucha contra Don Antonio Martín, con bastante premios ya a sus espaldas, y el mejor Joaquín Quiñones de la fiesta.
Entre todos ellos entra a competir Paco Rosado con su música y Luis Ripoll como autor con “El Bache”, comparsa inspirada en el bar “La Copla” que el propio Paco Rosado frecuentaba en tiempos en los que el cante y la fiesta gaditana andaba bajo la censura y la prohibición.
Es curioso. Esta comparsa no encajaba, no tenía el grupo de potentes voces como si los tenía Martín, Quiñones y Ares, pero cosas de Cádiz y su carnaval, “El Bache” se convirtió, desde el minuto uno, en una de las comparsas más queridas del Carnaval de Cádiz.
El gran Paco Rosado, tristemente fallecido al final de 2021 y que tardaremos en olvidar como persona y por su legado, hacia historia. Como también lo hizo aquella letra homenaje a Camarón, fallecido el año anterior (1992).
Aquel romance lorquiano dedicado en forma de pasodoble al gran cantaor fue y será una de las mejores letras escritas en el Carnaval de Cádiz a Camarón.
En el Bache salían grandes carnavaleros representando a esos parroquianos que se reunían durante el franquismo en las tabernas para canturrear coplas, las perseguidas y las que no, siempre con el yugo del miedo al cuello de por sí se presentaba la autoridad a las puertas para llevarlos a la Prevención o quién sabe si a otros lugares. Aquellos de los que la dignidad jamás regresaba. Y así ocurre en el final del popurrí.
Flojito, para que no se oyese de puertas hacia afuera, pero dulce, meloso, afinado y muy bonito picha. Así sonaba “El Bache”, aquel homenaje a todos esos gaditanos carnavaleros que no quisieron dejar morir en el olvido la copla gaditana.
Luis Ripoll, Rosado y Erasmo Ubeda llevan una comparsa típica y fresca a la vez con mucha memoria y potencia ideológica que logró hacer frente a aquellos Miserables del otro “Don Antonio” consiguiendo el segundo premio en la modalidad.
Como decía su popurrí:
Vendrán mejores tiempos
si tú no te callas,
que el Carnaval es alma
y sin ti no será nada.
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