Se van las preliminares y damos la bienvenida a las tan ansiadas semifinales.
¡Llega la hora de la verdad! La batalla de coplas.
Hablemos pues… de comparsas.
Hemos visto desfilar por las tablas una autentica guerra de coplas en comparsas donde Don Antonio, una vez más, es claro candidato al título.
“El no Niño”, se desquita saliendo en el centro con el grupo y con un gran número de metáforas de las más directas jamás oídas en el teatro. Las cosas como son, sin vueltas y revueltas. Es una comparsa llana, como sus primeras comparsas, pero emulando al perro andaluz: sumiso y enfadado, pero con cierta ironía. Nos derretimos cuando le canta a la bella dama inmortal.
Por otro lado, el “Dream Team”, con Constantino Tovar Verdejo parece haber pinchado en hueso. Siempre cuesta superar grupos de estas hechuras por muy buena música que hagas y mejor que escribas. Más aún cuando vienes de producir un espectáculo tal como el que le ha tenido ocupado en los últimos tiempos. No obstante, Tino es Tino y el grupo pulirá “cositas” que harán que suba el nivel muchísimo en semifinales.
No podemos dejarnos atrás al Vera, es el defensa que siempre mete la pierna, el delantero solvente y que marca en cada partido y te da el gol de la final. Comparsa sin estridencias, sencilla incluso en idea y tipo. Directa, sangrienta e incluso “desagradable” e incómoda. Ahí está lo bueno del Vera. No va a fallar, lo sabemos todo. Le pones en coro y te gana. Ojito.
Y por último quiero hacer mención a “Los Renacidos” que no quieren ser herederos de nada ni de nadie, pero que por momentos lo son. Voces que recuerdan al Capitán, y repertorio que, depende dónde lo pilles, tiene sus ramarazos “juancarlistas” tanto en letra y música. Es así Argüez y no pasa nada, al contrario, eso es bueno. Este grupo es perfecto, no hay duda.
El autor, El Chapa, va a ir a más, segurísimo. Claro candidato estar entre los tres primeros, ¡cuidao!
No hay bastinazos, no hay pelotazos. Gustan mucho Remolino, compacta y sólida, y agradan, como casi siempre, “Los conquistadores” de Rendón y el Jona, revelación en 2020.
Todo esto no quiere más que decir que la cosa anda muy igualada. Suele pasar en los años de buen género, que o todas tienen peros o ninguna te toca el alma más que la otra.
¡Qué se abra telón y comience la batalla!
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