Perros, prohibidos en multitud de playas. En transportes públicos, en todo caso, bien amarrados y que no hagan mucho ruido. Residentes de las casetillas fuera de sus “hogares”.
Reyes de “asquerosidades”.
Oidores de problemas y de protegerte de ellos.
Sacrificados el que haga daño.
¿Igualito que TÚ, eh?
¡Este banco es la leche!
Un paseo, una plaza, un mendigo con sonrisa pianística dos bancos más para allá y una caja de leche. Vino, el más barato, leche, del taco… hay mendigos y mendigos…
Ya ni los mendigos son mendigos, ni los ofendidos merecen la pena.
Cartón de leche desnatada. Lo healthy ha llegado a la acera, al banco y al cartón. ¡Qué mundo!
Le mandaron a comprar leche
y tan duro fue el camino,
que hizo en el banco un cese.
Repuso el cuerpo y llegó el olvido.
Difícil me lo pones, tan eterno, tan fuerte y yo tan frágil a tu lado. Una ínfima astilla a mi lado, es una rama para aplastarme…
Pero el color, ese color tan serio… ahí te gano, con mi rosa luchador de batallas incansables, amamanto el optimismo de las carreras de fondo.
Un vecino de acera, su cartón y un slogan: UNAS MONEDAS PARA LECHE
¿Para leche? Para leche… y desnatada que el muchacho se mea encima pero ni una gota de colesterol. ¡Qué mundo!
Intuyo las palabras de mi buen amigo mendigo… ¿leche? ¿desnatada? ¡Que corra el ron! Hay que brindar por ver un nuevo amanecer…
No quiero más penurias en mi vida
No quiero volver a ahogarlas en un mal vino
No quiero mañana temprano sentirme roído.
Leche para dejar atrás papa conocida
Leche, desnatada, color y caja divertida
Leche, mi ayuda para desinfectar la herida
Leche, baño sagrado de todo lo divino.
Leche y no vino, para seguir recordando lo vivido.
+ Compra leche desnatada
– ¿Y eso?
+ Porque la leche desnatada no engorda.
– Sobre todo si te la dejas olvidada.
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