Acabo de escribir en una noche más, en una noche menos, sin duda.
Ralentizo mis pasos para que este momento no termine jamás. Seguro que se acaba antes de lo imaginado, al igual que las suelas ya desgastadas de mis viejos zapatos, o la batería de mi teléfono donde almaceno todos mis pensamientos hechos palabra, donde también sin duda, el almacenamiento se agotará un ratito antes que mi capacidad para escribir.
Trazos, Caricias sostenidas en la noche; luces navideñas adornan mis pasos, iluminan aún más mi pantalla reflejando imágenes borrosas que nada quieren decir -Nítidas acaba de escribir mi teléfono-. Maldito corrector siempre llevándome la razón. ¿O era la contraria?
Reactor a punto, cinética controlada, concentración en ti, y sí, mis suelas un poco más desgastadas y el porcentaje un 2% más bajo.
Llega el momento de poner punto y final, así, de repente, como casi todo en esta vida. Mejor punto seguido porque continuaremos mañana.
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