YO, la persona que os escribe, la que creo únicamente me conoce en un porcentaje elevado… digamos 60-70%, tampoco mucho más. Soy complejo hasta para mí, así que imagínate.
TÚ, quien convive conmigo en alguna de las infinitas maneras en las que te lo permito; alguno me lee, otro me oye, otro me llama y puede que incluso le responda, otro me tolera, alguno puede que incluso me odie -allá tú- y otros tantos “tú” que sé que me queréis. Que me queréis estrangular, digo…
ÉL,… complejo. Él puede ser mi padre, mi tío, o solamente Él que es el que le da todo el sentido al propio pronombre siendo pro y nombre a la vez.
ELLA, aquí lo tengo fácil: ella es ella aunque haya por supuesto dos ellas más, pero ELLA, en mayúsculas, solo una. Lo siento pero así debe ser.
NOSOTROS, por suerte existen muy pocos “Nosotros” donde me sienta YO junto a otros tantos TÚ. No me representa ningún colectivo y no me dejo representar por nadie. Tan solo TÚ, YO y ELLA formamos ese NOSOTROS.
VOSOTROS/AS, la totalidad de seres humanos e inhumanos que rodean a mi YO, a ese NOSOTROS que deambuláis tambaleándoos entre vuestro YO y el NOSOTROS vuestro en los que os interesa o estáis por borreguismo.
ELLOS/AS, bien podría decir lo mismo que de VOSOTROS pero con carácter aún más lejano. VOSOTROS parecéis más cercanos que ELLOS aunque ambos os confundís e incluso llegáis a las manos en algún momento u forma por llegar a ser ÉL e incluso NOSOTROS. Un NOSOTROS que por suerte, siempre será un VOSOTROS para mi YO.
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