Esta mañana era diferente, me sentía diferente, me levanté temprano como lo hacía todos los días, con un gran bostezo mientras me estiraba y me frotaba los ojos para despertarme por completo. Me dirigí al baño para cepillarme los dientes y lavarme la cara, pero cuando miré en el espejo, vi algo sorprendente.
La imagen era un tanto distorsionada, como si el espejo estuviese hecho de papel de aluminio, pero lo que reflejaba era algo diferente a lo que estaba acostumbrado a ver cada día, las arrugas marcaban más de costumbre una mirada amplia y experimentada, unos ojos marcados por el dolor y la tristeza se enfocaban directamente en mi mirada, por un momento tuve la duda de si realmente se trataba de mí, nunca he tenido esa mirada, pero en el fondo, muy en el fondo, siempre había soñado con ser alguien más. En lugar de mi propio reflejo, vi la imagen de mi ídolo literario, Edgar Allan Poe.
Me quedé boquiabierto, sin saber qué hacer ni qué decir. La imagen en el espejo me devolvía la mirada con una sonrisa sarcástica, que parecía burlarse de mí. ¿Cómo era posible que el escritor favorito de tantas generaciones estuviera allí, en mi propio cuarto de baño, mirándome fijamente a través del cristal?
Mi corazón latió con emoción al ver su imagen reflejada allí, como si hubiera aparecido para inspirarme en mi propio trabajo creativo.
Me acerqué al espejo, casi incapaz de creer lo que veía. Podía ver su rostro, sus ojos oscuros y profundos y su cabello grasiento y desordenado, todo reflejado frente a mí.
Me paré allí por un momento, sintiendo una extraña conexión con este hombre que había sido tan influyente en mi propia vida.
Con temblorosas manos, me acerqué un poco más al espejo para inspeccionar la imagen, podía ver su rostro, sus ojos oscuros y profundos y su cabello grasiento y desordenado, todo reflejado frente a mí.
La apariencia de Poe estaba impresionante, como si hubiera sido transportado directamente de la década de 1840.
Sus ojos oscuros y penetrantes parecían leer mis pensamientos.
De repente, una idea brilló en mi mente. Si Edgar Allan Poe pudiera verme a través del espejo, ¿no podría también ver mis pensamientos y mis sueños? ¿Podría él ser mi guía, mi mentor, en el mundo de la escritura y la creatividad?
Abrí mi cuaderno y comencé a escribir . Escribí sobre mis propios sueños y ambiciones, mis esperanzas y mis miedos. Escribí sobre todo lo que se me ocurrió, dejando que las palabras fluyeran libremente de mi mente y en la página.
Entonces, después de un momento, la imagen comenzó a desvanecerse. El Poe en el espejo se desvaneció en una neblina gris mientras todo el espejo comenzaba a nublarse y a perder definición.
Cuando finalmente salí de mi habitación esa mañana, sentí como si algo hubiera cambiado en mí. Sentí una confianza renovada en mis propias habilidades creativas y un fuerte compromiso de hacer algo significativo con mi vida. Todo esto gracias a una simple mirada al espejo y al reflejo de mi ídolo.
La imagen de Poe en el espejo me dejó con una sensación de pasión y propósito que me acompañaría en los años venideros. Mirando hacia el futuro, sabía que nunca estaría solo en mis esfuerzos creativos, siempre tendría a Poe reflejándose en mi espejo, listo para inspirarme y guiarme hacia la grandeza.
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