En este mundo de charcos secos, escarcha templada y frío en el alma, encontrar un nicho con el que identificarte es imposible. El día a día, la degradación de ese día a día y los infinitos intereses que nos corrompen hacen que los eslabones se distraigan y caigan, deshaciéndose la cadena que los unía. Y yo me siento uno de esos eslabones. Sin duda.
Mires donde mires, la sociedad es corrupta; empiezas el día mirándote al espejo y rezando por encontrarte una cartera en el suelo llena de billetes, o esperando esa llamada que te enchufe a tal y cual trabajo o peor aún, ¿cuánto me va a costar que me hagas ese favor?
A partir de uno mismo, todo lo demás y cuando digo todo, lo podemos llevar al extremo más simplista o al más radical y demagogo y ahí nos movemos como pececillo en el agua.
¿De verdad alguien puede sentirse identificado con un trapo al que llaman bandera y que unos lo usan para limpiarse el culo en ella y otros para sentirse superhéroes de pacotilla? ¿Alguien se ha detenido -seguro que sí- a pensar que ahí hay un escudo que representa a una ancestral familia corrupta que no se representa ni a ellos mismos y tienen que echar a otros lares, aún más corruptos y asquerosos al cabeza visible? Lo siento, no me puede representar ese trapo, como tampoco me puede representar una persona que ni conozco, que no sabe lo que es llegar a final de mes, cuyas hijas están en colegios y escuelas de ricos y que además, lo tienen todo pagado y no deciden nada por ellos mismos. Sino son capaces de decidir por ellos, ¿cómo van a decidir por mí? ¿Acaso alguien le ha preguntado a la que llaman infanta si quiere ser reina? Tienen hasta otro color de sangre… no somos iguales.
Y sigo con las altas esferas… el Presidente del Gobierno, el jefe de la oposición y todos los secuaces, amiguitos todos, que se montan su chiringuito a costa de las masas que rebuznan y votan. No tengo claro si ese es el orden adecuado o votamos y después rebuznamos…
Y no hablo de partidos políticos, para nada, cada cuál que decida a quién darle su voto, yo voy al codazo que habrá dado tal y cual para llegar ahí, al desquicie al que llegan por ser y no por servir y así, mirando solo por su propio interés, ¿quién se siente identificado y representado?
Si bajamos y bajamos, e incluso descendemos, podemos llegar a los subsuelos más profundos de una sociedad, a la que no me queda más remedio que pertenecer, pero como ente solitario. El Llanero se sentía más representado por Silver que yo por cualquiera de ustedes.
Y nos acercamos a lo cotidiano, a ese día a día más cercano y vemos intereses personales, amiguismos, escaso nivel de formación en lo que se trate… ¿Cómo un conjunto de personas desconocidas e interesadas me pueden representar? ¿Cómo un escudo que no he elegido me puede llegar a representar? Imposible. Solo son sentimientos personales los que me pueden hacer acercarme más o menos por esa simbología, la que sea, que solo identifica a un ente privado al que pertenecemos voluntariamente.
Complicado asunto y más complicado aún el devenir de estos escudos heráldicos, sin heraldo, descabezados, encabezados por un ser humano cualquiera, ni bueno ni malo, uno, que a duras penas se representa a sí mismo…
¿Saben aquello de la oveja negra? En mi caso pónganme el color que quieran, me da igual, con que no me confundan con ningún rebaño tengo suficiente…
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