Andrés Guardado, conocido como el principito, cierra un capítulo histórico en su carrera con el Real Betis, donde se convirtió en una figura emblemática desde su llegada en 2017 bajo la dirección de Lorenzo Serra Ferrer. Su trayectoria en club de las trece barras no solo ha sido exitosa en términos de logros deportivos, sino que también ha dejado una marca imborrable en el crecimiento institucional del club. Logrando cuatro clasificaciones europeas y un título de copa del rey.
Guardado, a lo largo de seis temporadas y media, se destacó como un pilar fundamental del equipo verdiblanco. Su dedicación y talento fueron clave en el proceso de consolidación del Betis como un competidor respetado en la liga. Además, su liderazgo ha sido una fuente de inspiración no solo para sus compañeros de equipo, sino también para futbolistas jóvenes que han visto en él un referente a seguir.
El internacional mexicano se despide tras disputar 218 partidos oficiales, un hito que lo consagra como el jugador extranjero con más participaciones en la historia del club. Más allá de las estadísticas, su impacto se percibe en la conexión única que estableció con la afición bética. Su profesionalismo y entrega en cada partido resonarán en la memoria colectiva de los seguidores verdiblancos.
Aunque la despedida del principito genera nostalgia, deja tras de sí un legado de dedicación y excelencia. El hueco que deja en el corazón de los béticos es seguro, pero la gratitud y admiración por su contribución al Real Betis perdurarán como un testimonio vivo de una etapa dorada en la historia del club.
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