¿Dónde estás? Que no te veo, que por más que miro a mi alrededor no te encuentro. No estoy seguro, porque te siento, te veo e incluso te intuyo; respiro tu perfume y siento tu piel convertida en recuerdo eterno.
Pasan las primaveras oliendo a jazmines y azahares, que se camuflan con el jaleo y el trasiego diario, sin esconderse y permitiendo a mis otros sentidos disfrutarlos, sin ser para ellos. Aromas y sabores soleados son. Sensaciones perpetuas aferradas a mi alma, alma que florece con la felicidad que el Sol aporta con su calentar.