En las ultimas calendas he vivido un caso de fake que me ha sorprendido.
Erase una vez en twitter el nacimiento de una cuenta que, por su biografía, parecía ser una de las ilusiones que llevo tiempo transmitiendo y que muros de hormigón han hecho caso omiso a tal propuesta.
Tal cuenta comenzaba diciendo Twitter oficial de: … Cual fue mi sorpresa al ver tal cuenta que comencé a seguirla de inmediato alertando a mis contactos de su existencia y me gratificaba el paso adelante dado.
Rápidamente me puse a indagar para ver que persona estaba detrás de dicha cuenta para prestarle mis servicios en aras de una mejor utilización…
Tras esos movimientos, sale a la luz que nada más lejos de la realidad. Seguimos anclados en el 1.0 y cualquier escenario imaginado era mejor. Teníamos un fake. Al mismo tiempo, martilleamos dicha cuenta a mensajes hasta que al día siguiente desapareció de nuestras vidas.
Todo esto os lo cuento porque hay personas que se sienten realizados usurpando personalidades en busca de su felicidad. Me gustaría saber qué se siente en los interiores de ese personajillo que se dedica de manera ilícita a utilizar otro nombre, otra personalidad…Quizás pensaba que nadie se daría cuenta y todos lo seguiríamos cual Jesucristo en el Mar Muerto. Nadie debe ser apóstol de nadie, y mucho menos de un embaucador, embustero y falso individuo que se dedica a la felicidad engañando a sus fieles.
Con la cantidad de distracciones que hay en esta vida, con la multitud de sensaciones por vivir antes de que seas llamado, que sentido tiene vivir la vida en otro cuerpo, aunque sea un cuerpo virtual que va de «oficial».
La moraleja de este post debe ser: vive tu vida, déjate de vivir la de los demás y que no me entere yo que te falta un botellín bien frío que llevarte a los labios.
Larga vida a La Morada y a los fabricantes de sueños
el filosofo says
24 enero, 2012 at 14:46¿de quién se trata? jajja! a ver si le voy a estar siguiendo yo… cosas!!! 😉