Mi patria tiene cuatro paredes y una pequeña puerta que acompaña a una gran ventana. Con techos altos, con espacio.
La puerta siempre entreabierta, que entre y salga gente. Sin llamar, no existen fronteras ni mucho menos peajes.
La ventana de par en par, que nunca falte el aire. Aunque a veces se cuelen insectos molestos, difíciles de controlar.
El techo bien arriba, con suficiente distancia del suelo, que las cortinas no lleven dobladillos.Las paredes decoradas de la vida, de mi vida compartida, de mi forma de vivir.
Sin bandera oficial, aunque sí oficiosa. Compuesta de pequeños retales de recuerdos que juntos componen el mapa de mi vida.
No manda nadie y hay pocas leyes. A veces hasta tengo en cuenta mi opinión, solo cuando a mí mismo me dejo.
En mi patria, me siento a gusto. No uso disfraces y creo que pocas veces miento. La libertad, por encima del libertinaje, cosas del paso de los años. Tiempo hubo, de vivir en anarquía y dejar pasar los días.
Mi patria, tiene cuatro paredes con techos altos, una pequeña puerta y una gran ventana. Tras ella un inmenso patio, para los días más señalados.
Esa es mi patria, sin más, y así lo siento yo.