Aquella tarde era diferente, el sonido de sus pasos retumbaba en la casa vacía y algo en el ambiente hacía que su corazón latiera más fuerte. De repente, vio un destello en una lámpara del el pasillo y su curiosidad fue más fuerte que el miedo. Se acercó poco a poco, intentando no hacer ruido, hasta que descubrió una habitación secreta detrás de una estantería. Lo que vio allí hizo que se quedara congelada, sin aliento, ante el rielar de las joyas y el oro que llenaban la habitación.
La ruta partía de la ermita subiendo por la ladera hasta el punto geodésico para contemplar en la noche cómo la luna rielaba en la playa del Levante entre las barcas de pescadores. Luisa angustiada por su maternidad tardía se quedó expiando sus pecados mientras el grupo iniciaba el ascenso.
I
Riela la luna en el agua de la mar. Riela un corazón dormido al que han sabido besar.
II
Tan calma como ella en el cielo y bajo la mar, mas mecida por las mareas que marcan su palpitar.
III
Sal en la piel, luz del rielar, noches de verano que tus besos jamás me harán olvidar.
Yo creía que solo pasaba con la luz de la luna.
Pero no.
Allí estaba él.
En medio de aquella multitud.
Rielando, entre todos.
Entre todo.
Y en mi mente.
De pronto, me llegaba un olor; su olor.
Y todo su ser se apoderaba de mi.
Y así, me enamoré….
Yo rielo.
Tú rielas.
Él/ella riela.
Nosotros/as rielamos.
Vosotros/as rieláis.
Ellos/ellas/ustedes rielan.
Ojalá.
Te miré fijamente
y de tu sonrisa
quedé prendado.
Déjame que lo intente,
que una leve brisa
nos ha iluminado.
Me adentre en aquella Iglesia. No la conocía. Era perfecta. El sosiego me acogió de lleno siendo afortunada por esos instantes. El rielar de las velas me provocaba aún más calma. La luz de unas llamas que derrochaban una linda conexión. Ahora es bien distinto, recargables y con temporizador. Infinita tristeza…
I
Rielar sin reliar, camino luminoso que me lleva a ti
II
Tus ojos, ese rielar constante que me deslumbra y donde trato de mirarme cada día.
III
Reflejos de tu vida pasada, oscuridad que te rodea y te atrapa.
Regresa, vuelve a brillar. Reflexiona para que tu reflejo vuelva a enamorar.
Bonito vocablo para conjugar, eventualidad superlativa para recordarte que debes vivir persiguiendo tu felicidad.
No dejes nunca de brillar. Eso que tus ojos muestran, sempiterno ejemplo de rielar.
Mendigar y rielar; uno es por decisión propia, lo segundo simplemente por brillar.
¿Brillar mendigando? Cuestión de ser feliz con poco.
—Caminábamos bajo la rielar luz de la luna mientras charlábamos. No somos jóvenes; ella utilizaba su bastón para disimularlo… No tenía idea de que sería una caminata de despedida en la que se entremezclarían el dolor y el miedo… ¿Ahora dime a quién estoy velando?
—A mi abuelita —contesté llorando.
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