Gustavo preparó un vino con especias para Nochebuena. Vivía en Alemania desde que acabó Biología en la Complutense y se traía otras costumbres en las vacaciones. Fue en busca de un trabajo mejor y encontró una nueva forma de vida. Ahora toda la familia la degustamos con sus recetas.
Arancha Naranjo
Blanco o tinto, dorado o púrpura, ámbar o teja, verdoso o carmesí, da lo mismo, el brindis con vino es lo que tiene. No se permite una copa vacía. Tan solo toca alzarla y gritar bien alto el mejor de los deseos. ¡Vamoooooos!
Patricia Delgado
I
Rojo dulzor que acompaña. En la inmensa noche junto al ventanal lleno de estrellas, mi único amigo que me divierte y consuela.
II
Largo día ha sido. Llego a casa, preparo la copa, te elijo de entre toda la bodega. Vino a mis labios y, a mi pensar, un susurro.
III
Zumo de uvas, sangre de Cristo. Presides grandes momentos, en las mesas y con grandes amigos.
Rocío C. Gómez
Existía un viñedo en el que el vino fluía como un río. Cada noche, las uvas bailaban en las vides, esperando ser cosechadas y convertidas en delicioso vino. Los visitantes llegaban de lejos para probar el néctar divino y se perdían en su sabor embriagador. El vino era el elixir de la felicidad.
Manuela Sánchez
I
Y el dos mil veinticuatro vino para quedarse…
II
Vino harto de vino pidiendo algo que beber que tenía la boca seca.
III
Potenciador de cualidades y defectos, catalizador de sonrisas, fiel compañero de desdichas. Hoy contigo, brindo por ti.
Juanma García
Mi sostén, mi abrigo, mi brújula que marca el camino torpemente. Te abrazo, me abrazas y juntos sentamos nuestro destino.
El Mendigo I
En un cartón ponía a rotulador: “Una limosna por favor. Es para vino”. Sin familia aunque con fiel cuadrúpedo acompañante. Mi vida está en la calle y el vino… el vino mi sangre.
El Mendigo II
-«Vino!!!!!
El cantarillo de vino a un Real!!!!»
Pregonando y haciendo revolotear sus faldas de volantes cuajadas de lunares, Sara atraía las miradas de paseantes y curiosos.
-«Vino, caballero!!!!
Para agasajar al suegro, al amigo y tumbar al enemigo!!!»
Sonriendo, casi riendo balanceada su pandereta al pregonar.
De pronto, con un rápido movimiento de caderas, comenzó a cantar:
El vino que tiene el vino, que alegra las penas mías…
Y es la llave de oro fino, que abre puerta a la alegría….»
Y así, cómo un hada en un halo de luz, se fue casi por dónde habia venido.
La Renacida
En este país se consume poco vino, no es culpa de su gente, ni mucho menos del vino.
Ángel Salgado I
Del vino al vinagre, todo en la vida a su debido momento.
Ángel Salgado II
Por ti, el vino
descorché.
Todo mi destino
te entregué.
Ángel Salgado III
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