Contemplé por muchos años aquella pequeña estructura, aquella colmena, aquellas abejas. Era sin duda, un hexágono perfecto. Se adaptaba primorosamente a su frágil anatomía. Con una habilidad derrochadora aquella obrera, segregaba de su estómago, concretamente de sus glándulas cereras, esa sustancia capaz de unir, de forma magistral, las seis caras del polígono en cuestión.
Cual oro líquido, la cera pura de abeja estaría preparada tras extraerla de aquellos paneles ya sin uso, una vez retirada la miel al completo. Ahora tocaba darle forma. Quise entonces seguir los sabios consejos del abuelo, cuando alto y claro me decía: “todo comienza con el vuelo de una abeja. Su laborioso trabajo es la semilla que el resto de mortales, debemos hacer florecer…”
¿Podría una flor, conservar su belleza, sucumbiendo a la cera? Quise entonces robar una pizca de hermosura, donde tallos, pétalos, pistilos y hojas desearon formar parte de una, un tanto especial.
Tras licuar la cera con vapor de agua, en su estado líquido, la madera, cual fiel aliada, la acoge entre sus moldes. Un baño de cera alcanza cotas de perfección, simulando frescura y naturalidad. La inocencia del clavel se encelaba con la pureza de una rosa, las hojas lobuladas de una gitanilla envidiaban los bordes en zigzag de lospétalos de la clavellina.
No hay envidia que valga, pues todas tienen en común la mejor de la savia. El tallo, revestido de papel de seda, alojará los pétalos y engarzará sus hojas con total maestría.
Quiso una flor ataviar de mimos a una imagen mariana en su palio. La primavera lucía radiante en la ciudad hispalense, era su semana grande. Y salió a la calle, donde solo una flor más hermosa le hacía sombra, la misma que lloraba tras su hijo en silencio. Complacida, no le importaba estar en un segundo o tercer plano, sidichosa, a su vera se encontraba.
Y yo, yo volveré a soñar con ese momento, pues la cera en flor irá entre bambalinas, meciéndose al compás de una marcha cualquiera, donde un nieto a lágrima vivasigue los pasos de su abuelo: apicultor, artesano, sevillano y desmedidamente cofrade…
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