Que no quiero amuletos, cual herradura, porque nunca sabremos si fue cuestión de suerte. Quién encontró a quién. O si simplemente nos cruzamos para llegar al final. Dicen que la casualidad no existe…
Patricia Delgado
En el rincón oscuro de la estancia, una herradura colgaba solitaria. Su bronceado metal guardaba secretos de tiempos pasados. Los susurros de fortuna y prosperidad se desvanecían en el aire, mientras la herradura permanecía inmutable, testigo mudo del destino. Una reliquia olvidada, esperando ser encontrada por aquellos que buscan la suerte perdida.
Manuela Sánchez
I
Cabalga viejo amigo
Cabalga…
Cabalga en libertad,
Cabalga…
Que nadie frene tu camino.
II
La suerte, dicen que traes la suerte y yo ya la tengo conmigo.
III
Maldita dictadura.
Estructura rima con arquitectura y yo maldigo al cura y al que te utiliza incluso con tus herraduras.
Juanma García
I
Curvatura conocida, lápices por elegir. La suerte está echada.
II
Buscando entre mis pinceles tuve la suerte de encontrarme con una foto de cuando niño y al fondo, en el prado, con tu crin al viento, galopabas sin rumbo ni puerto.
Suerte la de ambos.
El Dibujante
Estar en el lugar oportuno en el momento preciso junto a la persona indicada. Eso es tener suerte en la vida y no le cuentes milongas de herraduras ni de azar ni ventura que para aventura la mía.
El Mendigo
Manolo llevaba una herradura colgada del cuello. La había encontrado al limpiar el granero de sus abuelos. Decía que era su amuleto. Parecía un loco con aquel hierro oxidado. Cuando ganó a la lotería, todos nos pusimos a limpiar los desvanes.
Arancha Naranjo
Buscando a Cenicienta.
Ángel Salgado I
La suerte en una herradura,
mi suerte en tu mirada.
Ángel Salgado II
Hacia arriba indica suerte, hacia abajo protección. Una segunda vida tras su esfuerzo anterior.
Ángel Salgado III
La usó como un boomerang, aun sabiendo que no lo era. Total, iba a obtener el mismo resultado, ya que nunca supo cómo hacer que uno volviera.
Ángel Salgado IV
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