
Aquí estamos, sin miedo a mirarte a los ojos y reprocharte cada una de tus palabras, rebatirlas hasta la saciedad, sin cansarnos, sin caer en el agotamiento del que nada tiene que ganar incluso en batallas perdidas.
Así, sin miedo a la confrontación, al debate si lo deseas y te atreves, a la batalla. Iremos pues a la guerra si así y aquí y ahora rubricas tu actitud con la firma.
Ahí, ahí está. Una vez más te escondes, te haces pequeñito a pesar de ir con grandezas, con aires lozanos y altaneros que sólo sirven para esconder tus carencias, tus limitaciones, incluso tus complejos.
Aquí me tenías, así estábamos y así estamos. Ahí ya no puedo ayudarte; te soltaste de la mano porque tu ego, tu palabrería culta de traductor de google y miradas de reojo al diccionario, ése que nunca permitió que copiara ese grupúsculo supuestamente político,…
Ahí, así y por supuesto aquí…

Deja una respuesta