
Las nubes amenazaban tormenta. Decidí quedarme en casa en lugar de ir a bañarme. Me dediqué a hornear magdalenas y trabajar. Por la tarde asomada a la ventana, veía a los bañistas regresar exhaustos y divertidos a sus casas. Ni una gota de lluvia. Y yo demasiado precavida.
Calila
La levedad del ser.
Un bramido en medio del monte buscando reconocimiento, que asusta o atrae según quien lo escuche desde el otro lado, en la ladera.
Un saludo breve al que no está y un adiós suave al que nunca se ha ido.
Si no llegaste a verlo, tendrás que esperar a que te giren las estrellas de nuevo en la cara.
Apretado
I
Las nubes eran pinceladas de fuego y miel, derritiéndose sobre el cielo. Pensé que si pudiera tocarlas, ardería.
II
En el atardecer, las nubes cambiaban de piel: rosa, dorado, violeta. Yo, muda, entendí que el cielo también sabía vestirse para impresionar.
III
Navegan lentas sobre el horizonte,
Unidas en silencios de algodón.
Bailan con la luz que muere despacio,
Encendiendo matices que acarician el alma, Susurrando que el día se acaba sin prisa.
Anita
A paso lento camina. Un gran ramillete de nardos la acompaña. Sonríe junto a su pequeño girando sobre sí misma agradeciendo a todos su presencia. Las nubes se dispersaron para que un cielo azul sevillano luzca su idiosincrasia. Suenan las campanas, la Giralda le canta…
Patricia Delgado
Tras todas esas nubes está tu sonrisa esperando para alegrarme el día.
Ángel Salgado I
Llegaron los nubarrones a mi corazón, cuando vi que desviabas tu mirada hacia otro que no era yo.
Ángel Salgado II
Con la que está cayendo hacen falta nubes y agua, mucha agua.
Y políticos con vergüenza también.
Ángel Salgado III
I
Tantos llantos, ruegos y preguntas sin respuesta absorbidos que tornaron tu blanco inmaculado en colores de melancolía.
II
Cae la noche sobre la inmensidad salina de tu mar y tú, celosa, muestras tu ira como puedes…
Juanma García
I
Las nubes ardían en un oro engañoso, como si el cielo quisiera distraernos. Pero detrás de ese brillo, la sombra oscura recordaba que la belleza también sabe mentir.
II
El público miraba el cielo pintado de fuego y azul. Nadie quería ver que, bajo esa postal, las nubes oscuras se amontonaban como advertencias que preferimos ignorar.
Nemesio Laverde
Nuboso cielo, con naranjas fulgores y blancos resplandores. Desde cada perspectiva tomas una forma distinta, algunos ven un perro, otros un gato, otros un dragón… al igual que las personas bailas, cambiante bajo el sol, huyendo tras el viento. ¿Hacia dónde vais nuboso mar? ¿Dónde irás a descansar?
Andrés Arance
Entre la salicornia y la jara me tiré en un descampado de los esteros.
Un cielo azul, un sol de justicia y dos nubes rebeldes que se resistían a irse.
De pronto, un trueno; dos, tres, …
Y de la nube escandalosa cayó un repentino y helado chaparrón que no dió tiempo a que nadie recogiera nada.
La Renacida