- Otro, otro desconchado, vaya cómo está la pared.
- Otro desconchado…-
- Te repites más que el Ali oli…
- Hoy empiezo la dieta…
- ¿Qué pone ahí?
- Serranito con ali-oli… o ¿son papas?
Tú, quizás, no lo veas y no lo leas, pero aquí pone LIBERTAD.
- Estaba ahí. ¿Qué habéis hecho con ella?
- ¿A qué te refieres?
- No es justo que os la hayáis llevado. Era buena. Todas las noches me contaba historias para ayudarme a vencer al insomnio. Ahora solo quedan sus restos…
- Pero… ¿quién? Yo solo veo escombros
- Ya no podré dormir nunca más.
Se va cayendo el mito y aquí nadie hace nada, los pedazos, el caliche, el ladrillo visto y todo el mundo quieto. ¡Ya está bien hombre! ¡Por un Gran Poder bonito y arreglao!
Un desconchado como lienzo,
dos palabras como herramienta.
Es la hora del almuerzo
y solo con leerlas, te alimenta.
El reflejo de dos necesidades: libertad de expresión y saber dónde acaba.
El reflejo de dos bases humanísticas: el arte y la filosofía.
El reflejo de dos acciones: ofrecer y pedir.
El reflejo de dos realidades: el ingenio y el hambre.
Ustedes me van a perdonar pero yo ahí veo la carita de felicidad que se te queda cuando el ali oli de las papas es de categoría…
Publicidades tan dañinas que son capaces de arrancar la epidermis de tu fachada. Imagina contigo lo que pueden hacer…
No sé si era árabe tu alfabeto, o un idioma inventado, pero me llegó al alma leerlo. La eterna guerra del sí o el no, de con o sin… ¡El Ali Oli siempre en medio!
¡Aceite de oliva y ajo…esto está del carajo!
¿Qué hace que nos pongamos artísticos y filosóficos? Exacto: el hambre. ¿O acaso tú no lees “alioli”? Es menester: Tapa y caña.