Hoy es Viernes, y toca lo que toca y todos estabais esperándolo.
El post de hoy no nombrará a ningún personaje “desconocido”, y os aseguro que pasear pasearemos por esas calles, plazuelas y rincones tan típicos de nuestra Sevilla como solemos hacer los viernes, antes de irnos de fin de semana.
Hoy, toca un nuevo homenaje al Flamenco. Fechas atrás, no me atrevo a decir que muy lejanas, La Morada rindió un pequeño homenaje al Flamenco, particularizando dicha veneración en la figura de ese gitano caló que dedicó su vida al cante, al baile y a lo que los “barandas” del lugar se les antojara por cuatro “perras”, comotivo de su nombramiento como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.
Hoy, me acuerdo del Flamenco por un motivo muy especial. Mañana, en esa ciudad coqueta y pequeñita de más allá de la Muralla, entre arcos califales, adoquines y puentes romanos y alguna que otra plaza clasista, tendrá lugar un evento que se ha convertido en obligatorio para todos aquellos que amamos el cante “jondo” y los “quejíos” que salen del corazón… Mañana, patrocinado por su Ayuntamiento, la Fundación Tres Culturas, Capitalidad 2016, Casa Árabe entre otras, disfrutaremos en Córdoba de su Noche Blanca del Flamenco.
-¿Noche Blanca? Será Noche oscura, como mucho con los reflejos de una Luna que no quiere perdérselo…- Pues no querido, Noche Blanca, y blanca porque además, todas las actuaciones montadas en muy diversos escenarios por toda la ciudad son gratis. Personajes como José Mercé, Miguel Poveda, Pitingo, Raimundo Amador, Arcángel, El Lebrijano, Enrique Morente y otros tantos han desfilado por plazas, plazuelas, calles y jardines de esta ciudad hermana brindándonos sus mejores repertorios a coste cero para los asistentes…
Este año acuden a Córdoba Eva la “Yerbabuena”, Niña Pastori e India Martínez que compartirán escenario, Diego Carrasco y Tomasito, Javier Ruibal y otros más. Destacar las actuaciones de Niña Pastori e India Martínez y la actuación, bien entrada la noche, de Miguel Poveda y la Orquesta de Córdoba allá por el Teatro de la Axerquía.
Como comprenderéis, un enamorado como yo del Flamenco, no tenía más remedio que darse una vuelta por el barrio más flamenco para ir entrando en ambiente. Y es ahí dónde empieza el callejero. Si entramos al barrio por el puente del Indio (otro día os contaré quien es tal individuo y qué hace ahí…) y seguimos de frente, nos encontramos con la Avenida del Greco, nada flamenco por cierto, pero justo a su izquierda, como si de un inmenso tablao se tratase, nos aparecen unos vecinos cantando por Soleá, un poco más “palante” escuchamos rumores de Rondeña y Taranta que se confunden con Farrucas y Peteneras, y claro, estando en Sevilla, no podía faltar una buena Saeta cantada desde el mejor de los balcones por seguirillas…Estamos rodeados de “quejíos” y sentimientos, de cantes y bailes, de cantaores y bailaoras, de palmas y taconeos, de requiebros y rajeos de guitarra.
Y digo bien, estamos rodeados. Tanto si doy marcha atrás para El Greco, como si me animo por Soleares, rumores gitanos llegan a mis oídos cual tam-tam indio que anuncia a los cuatro vientos que el caballo de hierro está próximo. Como diría el Niño del Zurraque, “lo mismo me da, que me da lo mismo…”, y como tengo que reconocer una vez más que me va tela la marcha, me adentro sin miedo en esos recovecos callejeros que parecen diseñados al azar. Jaberas, Mineras y Bulerías se entrecruzan con los cuatro versos de una Alboreá por seguidillas mientras en la Plaza de la Caña, Cantores de Híspalis se atreven con cuatro sevillanas…
Tras este paseo por el barrio, por supuesto muy bien acompañado, y después de haber escuchado el arte de estas calles, me siento El Cateto y me como un buen plato de caracoles acompañados de rica cerveza de la antigua fábrica de allá dónde San Pablo termina y empieza Nervión…
Me ha encantado el post, Guerrero. Mañana disfrutaré en tu compañía, sin duda, de la gran noche que nos espera en Córdoba. No sólo la alusión a La Noche Blanca del Flamenco tiene algo que ver conmigo, yo también resido en el barrio más flamenco de Sevilla y conozco muy bien cada uno de sus palos, digo calles.
Muy bonito, un beso.