Si Steve Jobs levantara su cabeza, D.E.P., y escuchara la de sandeces que hay que oir…
El que tanto luchó para que la tecnología nos hiciera la vida más fácil, muy posiblemente le dedicaría un modelo de sus aparatejos de alta gama al señor del Vaticano.
Todo esto viene a raíz de la última homilía ofrecida por el Jefe del Estado del Vaticano con los monjes cartujos de Calabria, en Italia.
En dicha oración pública, sermón para muchos, tostón para otros, y fundamental para todos los de las JMJ, el buen alemán -porque un Papa tiene que ser bueno,¿no?- critica a la juventud por adentrarnos y permanecer en los mundos virtuales y dejarnos llevar por la música y las tecnologías en vez de escondernos en un rinconcito y meditar sobre no se qué.
No sé que parte de sus palabras son más tristes; por un lado tenemos la crítica a la juventud. Recuerde usted, señor bueno, que la juventud es el futuro de su negocio y que a los señores monjes ya los tiene enganchados. Así que, le diré que es un mal gestor ya que ningún empresario o jefe de ventas hace una campaña publicitaria para sus fieles compradores. Hay que tratar de captar clientes, si no el tema se va a pique…
Por otro lado está el tema de la música. ¿Acaso en vuestro negocio no se cantan oraciones? Esta reflexión me llega a pensar que quizás lo que no le guste sean las listas del Spotify que escuchan o sus propias listas en sus respectivos iPods, eso o que no se lleva “cacho” del robo del SGAE,¿no?
Una duda invade mi mente –para que vea que la juventud, aunque no seamos monjes ni participantes en sus JMJ, también pensamos- ¿qué sabe usted a dónde me lleva a mi la mente cuando escucho música? Pues le voy a responder. La música está hecha para transmitir, para dejarse llevar y sentir lo que un cantante, intérprete u orquesta/grupo nos quiere decir, y es más, ¿a quién no le ha pasado que se pone unos cascos en las orejas, le da al play y no escucha ni una sola canción del disco? A mí multitud de veces… De hecho estoy escribiéndole esta homilía personal con música de Kenny G en mis orejas y aún no he escuchado una nota del saxo de este crack.
Y es más, como usted no sabe de lo que habla, le diré que la juventud sí tiene ratitos de recogimiento, lo que pasa es que usted, como Papa que es no se entera. Que le pregunten al Gitano de Triana, al crucificado, si tengo con Él esos ratitos o no…
el filosofo says
10 octubre, 2011 at 12:47Sinceramente cada vez que este señor habla me importa menos lo que diga… hago como con los políticos catalanes…me río y paso de ellos!!
Un saludo y que cada uno tenga su «recogimiento» como le salga del alma.
Besos!