A la data presente desperté sin inquietudes propias de los cargos en superlativa multiplicidad que poseo y sin el candil encendido. Bien necesitaría escribano ducho en vocablos para eventualidades como la que acontece.
Desenrollando pergaminos ancestrales visualicé en su amarillento vacío uno que motivó este escrito que conforme es leído y fue manuscrito, podéis pretensiones en escacez dada la nubosidad baja que cubre mi meditar.
Tacharte en varias ocasiones implica y demuestra que el rumbo no estaba trazado hasta que por fin fluyen las palabras al sentir que esa es la vereda.
Hoy, sexta jornada de la segunda mensualidad del 2021, el candelabro de mis sensaciones, el farol de mis desvelos, la mecha encendida de mis latidos acaba de mostrar la luz y reconocerte que jamás instauré grafía fonética en ninguno de mis papeles en tu honor; nunca dediqué endecasílabos por ti, negatividad ante la existencia de soneto por ti; jamás supuse necesario el hacerlo y, a la fecha que corretea, te considero vital.
Homenaje a mí mismo, así enfaticé, rotulé, subrayé y delineé cada una de los tragos que te componen para decirle al reino acerca de la importancia que posees en ti mismo.
Hoy, mientras concluye este manuscrito exalto tu misión, tu posición primigenia y principal.
Hoy te dedico mi cantar, anhelado título y encabezado de mis desvelos.
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