Escribe un admirador, fanático si quieren… ¿y qué?
La vida, en sus mil y una facetas, te lleva a admirar y sentir a personas de toda índole y da igual, religión, color o clase social.
Mientras concluye la Presentación de Los Peregrino solo me entran ganas de gritar y encararme con todos aquellos mediocres que no han valorado ni valoran lo que es genial simplemente porque no les da para ello.
Yo me enamoré de ti… ¿y qué?
Escuchar, disfrutar, sentir se sienten casi todas las letras y músicas de carnaval, pero la que te mete el veneno que hace levantarte y decir “vamos allá” solo las tuyas. Sin penas, sin glorias y extremista, dejando a las claras que vida solo hay una y nada como vivirlo y sentirlo al límite y que sea lo que Dios quiera.
Revolucionario como el que más y como el que menos. Sin referente pero sin volver la cara a la realidad hago lo que puedo tratando de abrirle los ojos a mis pequeños adultos. Esa juventud a la que tanto le cantaste para que sigan jugando mientras todo se derrumba a su alrededor.
Bien podría seguir escribiendo mil y un sentimientos, basándome en mil y una de tus letras pero, mientras suena un punteao de Suso despido este escrito recordando aquella mañana cálidad de septiembre…
24 lunas sin ti y seguiremos huérfanos de por vida.
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